Dos fallas gubernativas preocupantes y graves no acometió con el vigor requerido el presidente Leonel Fernández: el exceso de armas de fuego que dispone la población, 207, 107 registradas por Interior y Policía,  y más de 300 mil no registradas (ilegales); y la otra, permitir haitianizar al país con dos millones de vecinos indocumentados.

Son dos problemazos que el presidente Leonel deja a su sucesor, Danilo Medina, y que el mismo día de asumir el traspaso del poder debe y tiene que empezar a corregir.

 En el primero de los dos graves problemas, resolverlo reformando la Ley 36 sobre Porte y Tenencia de Armas de Fuego, de manera que solo se permita la tenencia, no  el porte, y quien en lo sucesivo sea sorprendido por la las autoridades (policías y militares) portando un arma de fuego,  la pena ipso facto,  se instituya en cinco años de cárcel, sin apelación ni “padrinos”, si es con permiso, y si es ilegal, diez años. Y todos veremos pronto los resultados.

Alusivo a la peligrosa haitianización que desborda al país, una lacra que vulnera la soberanía nacional, permitida por el presidente Leonel, aplicar sin demora ni contemplaciones, el aletargado reglamento de la Ley 285-04, que demoró ocho años en aprobarse.

El l-6-l2, El Nacional reportaba desde Santiago de los Caballeros la medida de coerción de 12 meses de prisión dictada por el juez Juan Francisco Rodríguez  Consonó contra el vándalo Carlos Agramonte Almánzar, quien asesinó de un balazo a Francisco José Almánzar el 18 de mayo último. 

Los crímenes que consternan a la ciudadanía dominicana han trascendido al mundo, como fue el caso de la joven Met Chen-Ou (Julia), encargada de Patrimonio de la embajada de la República de China en Taiwán, asesinada el l6-4-l2 en su apartamento de la Torre G-32 en la avenida Bolívar con Máximo Gómez, y hasta escribir estas notas, la Policía Nacional no ha aclarado nada sobre el crimen, nada imposible.