La crueldad se ensaña contra la mujer al ser víctima de homicidios cada vez más escabrosos. En los últimos años se han vuelto más frecuentes las desapariciones de mujeres que luego resultan crímenes atroces, que han robado la calma a la sociedad dominicana.
Dos últimos casos, uno de ellos, con pocos detalles, y con desenlaces fatales, han enlutecido la sociedad dominicana, que aún no sale del asombro. El primero de ellos es la muerte de la adolescente Emely Peguero, presumiblemente a manos de su novio Marlon Martínez, quien hasta ahora es el principal sospechoso, junto a su madre Marlin Martínez.
Desde el miércoles 23 de agosto la joven fue reportada como desaparecida por sus familiares. La última persona con la que había sido vista fue con su novio y padre de la criatura que gestaba, Marlon Martínez. Nueve días después aparece su cuerpo en una carretera, en el interior de una maleta. Los resultados de la necropsia son desgarradores.
En la búsqueda del cuerpo de Emely, que incluso llevó hasta el vertedero, autoridades se encuentran con el cuerpo de otra joven incendiado, se trataba de Dioskairy Gómez, una estudiante universitaria, también de 16 años, que fue lanzada en la carretera de Fantino, en Sánchez Ramírez, sin que se tengan mayores detalles.
Otro caso, aún más reciente, es el de la joven de 18 años, Rosalinda Yan cuyos restos fueron encontrados en una casa en construcción en Haina.
Era buscada desde el 26 de agosto. Dos hombres fueron detenidos por el hecho, uno de ellos su expareja, Julio César Luis García (a) Ángel, 30 años.
Habría sido asfixiada por su expareja, que fue rebosado por la ira porque aparentemente esta no quería seguir con él.
El 12 de junio pasado familiares reportaron que fue hallada descuartizada, la señora Dominga Bautista Lora, de 35 años. Tenía 18 días reportada como desaparecida.
Su cuerpo estaba dentro de un saco en una cañada del sector Los Pinos, en Cotuí. Algunas partes de su cuerpo no fueron encontradas. Por esta muerte fue preso Marino Pérez, quien habría admitido los hechos.

Estos cuatro hechos seguidos, pasan cuando aún en Bonao piden justicia por la muerte de otra mujer embarazada, muerta a puñaladas. Se trata de Thalía Mercedes Rosario, asesinada en octubre del año pasado.
Tres hombres guardan prisión preventiva por la muerte de la joven mujer de 22 años. Uno de los implicados habría admitido que el crimen fue un encargo de un colombiano, que no quería que la criatura naciera.
Estos hechos son una muestra de la inversión de valores que vive la sociedad Dominicana, según el psiquiatra Vicente Vargas.

Como olvidar el caso de la abogada puertoplateña Paola Languazco, que en abril del 2015 fue encontrada envuelta en una funda negra en el interior de una alcantarilla en Santiago, tras permanecer desaparecida por 19 días. Por el hecho se señala a Ambiorix Nepomuceno Rodríguez, quien primero fue detenido pero luego despachado. Huyó a España, autoridades esperan su extradición.
Pero estos crímenes, que parecen escenas sacas de películas, no solo han sido contra adultos.
En febrero de este año, una niña de apenas un año y 7 meses fue encontrada en un canal de riego en Constanza, con signos de asfixia y violada. La niña Cristal Veloz Lora fue hallada por su madre Grisleidy Lora Rosado.
La lista de los crímenes perversos es larga, la de desaparecidos también.