Crisis alimentaría vive el mundo
agudiza debate de  globalización

Crisis alimentaría vive el mundo<BR>agudiza debate de  globalización

CIUDAD DE MEXICO. AP Sentado en una oficina de Ciudad de México, luciendo una camisa blanca bien planchada, Gerardo Sánchez parece muy alejado de su rebaño de chivos y de sus campos de frijoles.  Pero él no es un símbolo del nuevo orden agrícola mundial, en el cual los campesinos abandonan sus granjas improductivas y tratan de alcanzar la prosperidad de la clase media mientras la producción de alimentos queda en manos de empresas agrícolas en países donde se cultiva con menos gastos y más eficacia. 

Sánchez trabaja para la Federación Nacional de Campesinos, un grupo de cabildeo que representa a pequeños agricultores.

La federación ha mantenido últimamente una intensa actividad para protestar contra el creciente alza de los alimentos, especialmente la duplicación del precio de la tortilla.

Aquí, palabras como globalización, o siglas como TLC (Tratado de Libre Comercio), equivalen a insultos.  En todo el mundo, los gobiernos intentan contener la agitación causada por el alza de los precios de los alimentos básicos. Algunos envían tropas para distribuir comida a barrios pobres, otros ordenan un incremento de los salarios, y hay también quienes prohiben las exportaciones de granos.  Pero muchos expertos consideran que esas soluciones son simples curas de emergencia, y lo que se requiere es repensar de manera radical cómo el mundo obtiene sus alimentos.  Hay una profunda división acerca de las soluciones a implementar.  Algunos expertos recomiendan revertir el proceso y hacer grandes inversiones en granjas pequeñas, en lugar de permitirles que se hundan en el mundo de libre comercio.

Los subsidios

Otros arguyen que el problema no es que el comercio es demasiado libre, sino que debería ser aún más libre. Los subsidios agrícolas de Estados Unidos y de Europa son bastante perjudiciales, dicen, y las cosas sólo empeorarán si la crisis actual causa aún más restricciones.  Pero aquellos que sufren el alza en el precio de los alimentos se sienten víctimas de una maniobra. Cuando abandonaron sus tierras, se les prometió comida más barata. Pero ahora, la comida es aún más cara.  “No sólo los campesinos no están cultivando sus campos, sino que aumenta el hambre porque no podemos darnos el lujo de adquirir los alimentos importados, que fueron los que nos hicieron dejar nuestras granjas”, dijo Mario Aguila, de 48 años, que abandonó su granja en el estado mexicano de Oaxaca pues no podía seguir manteniendo a su familia.  Aguila barre ahora los pisos en una tienda por departamentos en ciudad de México, y el año pasado participó en una marcha de protesta por el alza en el precio de la tortilla.  Se suponía que las privaciones causadas a los granjeros mexicanos por el TLC serían contrarrestadas por cereales baratos para los consumidores, dijo Jeff Faux, del Instituto de Política Económica, con sede en Washington. “Pero cuando el Congreso de Estados Unidos advirtió el potencial del etanol, el maíz fue desviado allí, y México quedó descolocado”, dijo Faux. “Se descubrió entonces que el maíz no era tan barato como se pensaba”.

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