Crisis bancaria

Crisis bancaria

JOSÉ LOIS MALKUN
La aguda crisis que afecta al sistema bancario mundial generada por la «subprimes» que no es otra cosa que las inversiones inmobiliarias de alto riesgo que condujeron a una fuerte iliquidez del sistema financiero, son tratadas en este país como noticias económicas internacionales que nada tiene que ver con lo que ocurrió en el sistema financiero nacional hace 5 años.

Tampoco se ha medido con seriedad el impacto que esta crisis puede tener en la economía dominicana. Es como si viviéramos en otro mundo. Es obvio que muchas normas de regulación bancaria se pasaron por alto durante la burbuja inmobiliaria, tanto en los Estados Unidos como en Europa. Prestamos hipotecarios con garantías insuficientes y a muy bajas tasas de interés, culminaron con una debacle del mercado inmobiliario tan pronto esas tasas comenzaron a subir.

Además, otros negocios colaterales (fondos de cobertura) que facilitaron los medios para financiar esta alocada y no regulada fiebre inmobiliaria, impulsaron el valor de las acciones de muchas entidades crediticias, que tienen ahora serios problemas de sostenibiliad financiera. Sus acciones en la bolsa se han desplomado en las últimas semanas.

Uno de los casos mas sonados y que puede darnos una indicación de lo que tratamos de decir, es el del Northern Rock Bank.

Este banco, el quinto del Reino Unido en financiamiento de hipotecas, se desplomó en la bolsa de Londres, tras verse obligado a recurrir a las reservas de emergencia del Banco Central de Inglaterra. Este desplome, según los analistas, tiene su causa en la falta de liquidez del mercado interbancario por la crisis de la subprimes.

Fue una inyección de 6,400 millones de euros que se agotaron rápidamente por las largas filas de depositantes en busca de sus ahorros. A todos los clientes del banco se le esta devolviendo su dinero completo aunque tengan que esperar varias horas para llegar a la ventanilla.

Pero otras entidades bancarias se vieron contagiadas por esta debacle y han tenido fuertes perdidas en el mercado bursátil como también fuertes retiros. Los analistas afirman que esto puede colocar a otros bancos del país en terreno peligroso.

Lo extraño de esta historia es el pánico de los depositantes y el efecto sistémico en el resto de la banca inglesa.

Los depositantes saben que los riesgos de perder su dinero son mínimos porque existe en el Fondo de Emergencia del Banco Central de Inglaterra, recursos suficientes para facilitar la liquidez necesaria de los bancos y respaldar esos depósitos. Pero aun así, los educados y cultos clientes ingleses se asustan y reaccionan con pánico, como reacciona todo ser humano cuando le hablan de que un banco tiene problemas de liquidez y sus ahorros pueden correr peligro.

Esta claro que no hay diferencias de razas, religión, color, nivel cultural o económico que explique el comportamiento de las personas ante una crisis bancaria que pone en peligro sus ahorros.

Al final de cuentas, si la crisis de liquidez se convierte en una crisis de solvencia y lleva a la quiebra a algunos de esos bancos, muchos por sus malas inversiones, los depositantes no perderán su dinero. Porque el Banco de Inglaterra jamás permitiría que el riesgo sistémico ponga en peligro su sistema de pagos. Adoptaría cualquier medida para preservarlo, porque de eso depende la gobernabilidad del país.

Es lo que ha ocurrido en todos los países con crisis bancaria y seguirá ocurriendo siempre. No importa cuales sean las causas o razones de la crisis. Hay que preservar el sistema de pago ante todo porque el costo de no hacerlo es muchísimo mayor. Analicen el caso argentino y lo entenderán.

Mientras tanto, comienzan las acusaciones y el nombre que encabeza la lista es el venerado Allan Greespan, ex jefe de la Reserva Federal, quien soslayó abiertamente los potenciales peligros de la burbuja inmobiliaria de los últimos 5 años generada por los bajos intereses y el relajamiento en la aplicación de estrictas normas prudenciales para los fondos de cobertura e instituciones de préstamos inmobiliarios. Simplemente, no previo que esto podía suceder, no accionó ningún mecanismo de regulación y disfrutó, durante su gestión, de la bonanza que esa burbuja le aportó al crecimiento económico norteamericano. ¿Y cuanto costará esta crisis?

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