Crisis de ansiedad: cómo afrontarla

Crisis de ansiedad: cómo afrontarla

El Rapto de Hipodamía, de Peter Paul Rubens. EFE/Franck Robichon.

Si tienes ansiedad puedes sentir inquietud, agobio, sensación de amenaza o peligro, ganas de huir o atacar, inseguridad, sensación de vacío, sensación de extrañeza o despersonalización, temor a perder el control, recelos, sospechas, incertidumbre, dificultad para tomar decisiones.

En casos más extremos, temor a la muerte, a la locura, o al suicidio.

Según los especialistas, las crisis de ansiedad aparecen bruscamente y alcanzan sus máxima expresión en los primeros diez minutos, tiempo en el que se suceden al menos cuatro o más de los síntomas arriba descritos.

EFEsalud ha hablado con el psicólogo clínico José Carlos Baeza Villarroel, de la Clínica de la Ansiedad de Barcelona, para saber cómo hacer frente a una crisis.

Ansiedad: un sistema de alerta

La ansiedad no es sino un sistema de alerta ante situaciones consideradas amenazantes, y su función, explica Baeza, es movilizar al organismo, mantenerlo alerta y dispuesto para intervenir frente a los riesgos y amenazas, de forma que no se produzcan o se minimicen sus consecuencias.

La ansiedad “mejora el rendimiento y la adaptación al miedo, y actúa también como un sistema de prevención y defensa”.

“El problema viene cuando la activación psicológica y fisiológica que acompaña a esta respuesta alcanza unos niveles muy altos y ello se traduce en síntomas físicos y psicológicos que comprometen la salud”.

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¿Pero cuáles son los factores que hacen que este mecanismo funcione de forma alterada?

De acuerdo con este psicólogo existen tres factores: los predisposicionales, los desencadenantes y los de mantenimiento, estos últimos están muy ligados a la gestión que se hace de la ansiedad.

En los predisposicionales puede haber elementos factores biológicos, algunos de ellos genéticos, de personalidad os ambientales.

“Dicho en otras palabras, hay personas que cuentan con un sistema de alerta más sensible,  por un lado,  y más complejo de desactivar una vez disparado, por otro. En cierto sentido, son personas que se encuentran regularmente en una especie de pre-alerta que condiciona su disposición hacia el medio -externo o interno-, la advertencia y el  registro  de determinados acontecimientos, y la prefiguración de un tipo de respuestas –defensivas- como más probables”.

En cuanto a los activadores o desencadenantes, la Clínica de la Ansiedad señala aquellas situaciones o acontecimientos que son vividos como desbordantes de nuestros recursos; acontecimientos vitales de consecuencias graves o que exigen importantes esfuerzos adaptativos; obstáculos para conseguir logros o que limitan nuestra capacidad para alcanzarlos o mantenerlos; y consumo de estimulantes u otras drogas.

Las mismas fuentes refieren que básicamente,  la ansiedad procede de dos grandes tipos de problemas: “en primer lugar, de la posible obstaculización o entorpecimiento de planes, deseos o necesidades, aún en desarrollo, cuya consecución es para nosotros importante o necesaria, por ejemplo, la superación de un examen para acceder a un puesto de trabajo”

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