El caos en el tránsito no es solamente el fruto de las violaciones a la ley que cometen los conductores, sino fundamentalmente el efecto de la crisis de autoridad y de voluntad política que afecta a nuestro país. Aún con las debilidades que caracterizan la Ley 241, si existiera la suficiente voluntad sería posible atenuar el desorden mayúsculo que se manifiesta en nuestras calles y carreteras. La ley solo parece tener vigencia cuando a la autoridad se le antoja hacer algún operativo por excepción.
Las empresas del transporte público plantan sus paradas en el lugar que se les antoje y, aunque parezca contradictorio, en muchos casos la autoridad se hace de la vista gorda y hasta protege a los transgresores. La violación de la luz roja del semáforo es una de las más frecuentes y peligrosas. La circulación a exceso de velocidad es casi permanente y lo mismo puede decirse de la violación del sentido de las vías y otras directrices.
Es de tal magnitud la crisis de autoridad que hay conductores que acumulan decenas de multas sin pagar ninguna, porque nadie le da seguimiento al asunto. Nadie se mete con los conductores que andan de noche en vehículos con luces defectuosas, sin placas, sin silenciadores, que se plantan sobre la franja del peatón o que estacionan donde está prohibido. No solo tenemos un caos en el tránsito. Tenemos una crisis de autoridad, que es peor.
BASURA + LLUVIA
Mientras se barajan posibles soluciones para el colapso del vertedero de Duquesa, el Gran Santo Domingo tiene montones de desperdicios por doquier, que de por sí constituyen un riesgo para la salud. Ahora se suma la lluvia, que dispersará esa basura y descompondrá su contenido orgánico. Se agranda el riesgo sanitario.
CONSUMIDOR
Hoy es el Día Nacional del Consumidor, una ficha social que a pesar de jugar un papel estelar en el comercio de bienes y servicios, tiene por lo regular las de perder. El día fue instaurado el 9 de septiembre del 2005, a propósito de la promulgación de la Ley General de Protección de los Derechos del Consumidor o Usuario (358-05). Esta ley crea lo que conocemos como Pro Consumidor, organismo desde el cual una mujer, Altagracia Paulino, ha asumido con firme voluntad y logros tangibles la tarea quijotesca y necesaria de defender a esta clase.