Crisis de la familia o crisis del capitalismo

Crisis de la familia o crisis del capitalismo

Cuando el presidente Fernández afirma que la crisis de la familia es factor de primera importancia en el auge de la criminalidad en la sociedad dominicana, dice una media verdad, al no ir al fondo del problema no dice toda la verdad. Cuando muchos de quienes le han respondido le enrostran lo que entienden erróneo de esa afirmación, al igual que él, dicen una media verdad.

La sociedad contemporánea vive un momento de pérdida de los valores claves que sirvieron de base  para el establecimiento del orden social: el respeto al prójimo, el amor trabajo y la disciplina laboral como forma de crear los medios para solventar las necesidades de la comunidad, la honestidad, el respeto a las normas socialmente aceptadas como válidas  y solidaridad entre los miembros de la colectividad. Esos eran los valores tradicionales que se forjaban en el núcleo familiar y que se servía de hilos irrompibles con que se cocía el tejido social de toda comunidad.

Esos valores fueron los pilares claves en que se forjó, en sus inicios, la sociedad capitalista. Sin la cultura del amor colectivo al trabajo forjado en la familia, sin la honestidad que inspiraba confianza al comerciante, como dice Weber en su interpretación sobre el origen del capitalismo y sin la disciplina que crea el trabajo colectivo en las fábricas no podía producirse este sistema social.

Podría decirse que las transformaciones más trascendentales del sistema  capitalista se produjeron  en los últimos cincuenta años, sobre todo en las grandes revoluciones sociales y culturales que tuvieron como punto más saliente la década de los 60. Ellas marcaron el surgimiento de incorporación masiva de la mujer al trabajo, la masificación del consumo, de la moda y posteriormente del consumo del tiempo libre y nocturno (la industria del ocio), todo eso ha tenido un impacto disgregador sobre la estructura familiar tradicional.

La ruptura de esa estructura, ha producido el debilitamiento del sistema de valores que esta institución había creado y sobre las cuales se había forjado el capitalismo. O sea, que son las transformaciones y la exacerbación y necesidad de la ampliación de la capacidad productiva de ese sistema el que ha determinado el debilitamiento de los valores que en sus inicios les sirvieron de pilares: los valores de la familia.

La confianza y el respeto a los lazos familiares han servido de base a grandes empresas capitalistas. El mantra de algunas de estas “somos una familia”, tiene allí sus raíces. La idea de familia no sólo solidifica empresas capitalistas formales sino también a las familias mafiosas, recordemos el valor de esta institución en las mafias italianas, sobre todo las calabresas y napolitanas, pero esos valores han desaparecido por la acción corrosiva del individualismo consumista y hedonista del capitalismo.

Por tal motivo, es indiscutible que la criminalidad es multifactorial, pero no cabe duda que la inexistencia de reglas y de valores socialmente compartidos, al conjugarse con el sistema de impunidad y corrupción imperante en este país evidencia un sistema político y económico irremediablemente en crisis y en esencia, esto no lo determina la crisis de la familia, sino la crisis del capitalismo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas