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SAN JUAN (AP). La crisis fiscal que enfrenta Puerto Rico podría marcar el rumbo político de la isla, pues Estados Unidos probablemente no querrá en su seno a un estado en bancarrota. En una entrevista exclusiva con la AP, el gobernador puertorriqueño Aníbal Acevedo Vilá opinó que los líderes anexionistas, que mantienen un impasse con el Ejecutivo en torno a cómo solucionar la crisis presupuestaria, alejan su propio ideal de convertirse en un estado federado.
«Para mí, la estadidad es irreal y yo no veo y nunca he visto ambiente en el Congreso para darla, pero en estas circunstancias muchísimo menos, sostuvo el mandatario, quien defiende la relación de Estado Libre Asociado de Puerto Rico con Estados Unidos.
La isla, un territorio estadounidense desde el 1898, amaneció el viernes, por quinto día consecutivo, con 43 dependencias gubernamentales cerradas y más de 90.000 empleados públicos sin trabajo y sin salario. «Uno de los principios básicos de la estadidad es que tú entras a la unión porque puedes aportar a la unión, indicó Acevedo Vilá, para luego aclarar que no mira la crisis económica a la luz del centenario problema de la indefinición política del país.
«Yo, ni en términos de Washington ni en términos de Puerto Rico mido esto, ni miro las consecuencias políticas. Para mí la única consecuencia que cuenta es que hay 95.000 empleados que no tienen sueldo ahora mismo y que el crédito de Puerto Rico está a punto de perderse por una mezquindad política, añadió.
El poder ejecutivo y la legislatura están dominados por partidos políticos distintos, lo que muchos consideran la raíz principal del impasse presupuestario.
Para superar la insuficiencia en las arcas públicas, el gobernador propone que la Asamblea Legislativa autorice un préstamo de 531,5 millones con un impuesto al consumo de 5,9% como fuente de repago, pero el presidente de la Cámara de Representantes, José Aponte, no apoya que la crisis se resuelva con un empréstito.
Según el analista político Noel Colón Martínez, Aponte y los anexionistas no quieren darle comodidad económica al mandatario porque ello le permitiría desarrollar obras y otorgar aumentos salariales que le ayuden a revalidar en las próximas elecciones.
El cierre gubernamental se produjo en momentos en que el crédito del gobierno está bajo evaluación y podría ser reducido a «chatarra por las calificadoras de riesgo.
Se espera que la casa evaluadora Moodys atienda el lunes el caso de Puerto Rico, por lo que Acevedo Vilá recurrió el viernes a un mensaje radial para pedirle a los legisladores que resuelvan el impasse cuanto antes.
«Si la Cámara de Representantes no actúa hoy o mañana, el lunes le quitan el crédito a Puerto Rico, expresó.
El mandatario hizo el llamado mientras miles de trabajadores cesados marchaban hacia la casa de gobierno para exigirle una pronta solución.
«Si este lunes no volvemos al trabajo de pie y con orgullo, el martes habrá paro general, afirmó el viernes Rafael Feliciano, uno de los líderes de los empleados afectados.
El cierre, que amenaza con extenderse durante dos meses, mantiene sin funcionar 43 agencias gubernamentales. Quince ofrecen sus servicios parcialmente y 60 continúan operando normalmente.
Debido a la crisis fiscal, el gobierno sólo dispondrá del 46% de su presupuesto durante mayo y junio, y sólo podrá utilizarlo para garantizar servicios esenciales de salud y seguridad.
Se espera que el cierre tenga un fuerte impacto en la actividad económica de la isla debido a que los 250 millones de dólares quincenales de la nómina gubernamental representan un gran estímulo para el comercio, la banca y el sector privado en general.
