Crisis de voluntad

<p>Crisis de voluntad</p>

Si alguna dificultad impide que determinados beneficios y servicios sociales lleguen a las familias más necesitadas, esa habrá de ser la falta de voluntad del Gobierno para poner en vigencia los medios que pondría esos beneficios al alcance de los pobres.

Lo anterior encuentra soporte en numerosos ejemplos de inequidad que periódicamente se presentan en este país siempre, naturalmente, en perjuicio de los más necesitados.

La creación del fondo de pensiones, por ejemplo, fue aprobada con absoluta presteza y ya esta cuenta tiene no menos de treinta mil millones de pesos acumulados.

Esta premura se debió, en gran medida, a la influencia de sectores económicos que creyeron que tendrían acceso a esos fondos, aunque en la práctica ha resultado que les salió el tiro por la culata.

Esa es la parte financiera de la seguridad social y tiene una característica muy importante debido a que es muy amplio el plazo reglamentario para que un trabajador pueda disfrutar de una pensión con cargo a ese fondo.

En cambio es asombroso que el Gobierno no ha tenido manera de vencer la tozudez de los sectores que han estado boicoteando la entrada en vigencia del Seguro Nacional de Salud.

A diferencia de las pensiones, con su largo plazo reglamentario, el Seguro Nacional de Salud es una reivindicación social que los trabajadores y sus familias comenzarían a disfrutar a muy corto plazo.

– II –

El Gobierno tiene los medios para decidir poner en vigencia el Seguro Nacional de Salud, pero no ha podido o no ha querido chocar de frente con los sectores que obstaculizan el seguro.

Los intereses de los oponentes al seguro y los trabajadores y sus familias no han sido medidos con el mismo rasero, pues el Gobierno, al no actuar para poner en servicio el seguro, favorece la franja social más afortunada y deja indefensa la más necesitada.

El proceder oficial en cuanto al Seguro Nacional de Salud deja mal parada la política social del Gobierno y su interés porque la población perciba los beneficios de la bonanza económica que tanto se predica.

El Consejo Nacional de Seguridad afirma que la falta del Seguro Nacional de Salud representa un costo de 22 millones de pesos por día para atender demanda de servicios de salud de los trabajadores y sus familias.

Esto da una idea clara del tamaño de esta inequidad y de cuan indefensos están los trabajadores y sus familias.

Es evidente que se requiere una modificación, una reingeniería, de la política social del Gobierno y que se fortifique la voluntad política para tomar las decisiones que haya que tomar para poner en vigencia el Seguro Nacional de Salud.

El interés por estrechar brechas sociales, por corregir inequidad, no se demuestra con el mero discurso. Son las acciones, los hechos, los que permiten ver la dimensión de ese interés y quiénes van a beneficiarse del mismo.

Hasta prueba en contrario, la crisis de voluntad que impide la puesta en vigencia del Servicio Nacional de Salud beneficia a unos pocos empresarios y al mismo tiempo agrava los perjuicios de las clases necesitadas. 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas