BUENOS AIRES (AFP).- Una seria crisis diplomática estalló entre Buenos Aires y Montevideo después que la cancillería argentina convocó al embajador uruguayo, Alberto Volonté Berro, para protestar por la designación como agregado naval de un militar acusado de violaciones de los derechos humanos.

Argentina expresó la noche del jueves su «profundo disgusto» por el nombramiento del capitán de navío Juan Craigdallie como agregado naval adjunto en Argentina y delegado ante la Comisión Naval del Atlántico Sur.

El ministro de Relaciones Exteriores, Rafael Bielsa, manifestó el malestar argentino en una reunión con el diplomático de Uruguay, al que convocó por instrucciones del presidente Nestor Kirchner, según un comunicado de la cancillería.

El gobierno argentino expresó a Uruguay «la preocupación del presidente Kirchner» a la espera de que «esta designación sea dejada sin efecto y no se solicite la correspondiente acreditación», dijo la cancillería.

El militar debía asumir sus nuevas funciones en Buenos Aires el 27 de marzo próximo.

El oficial, según denuncias de la prensa uruguaya, está acusado de haber sido un «salvaje torturador» durante la dictadura militar que gobernó ese país en la década del 70.

Entre otras acusaciones, la prensa de Montevideo le atribuye la muerte de dos ciudadanos argentinos.

El secretario argentino de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, elevó el viernes el tono de la controversia al señalar, en declaraciones a radio Mitre dijo que la designación de Craigdallie constituye «algo más que una provocación, es una definición a favor del terrorismo de Estado».

«Ha sido política del gobierno (de Jorge) Batlle el respaldo a la represión ilegal habida en las dos orillas del río de la Plata», señaló Duhalde, al poner en evidencia la tensión en las relaciones bilaterales.

Buenos Aires reveló que antes de la publicación en el Boletín Oficial de esa designación, el embajador argentino en Montevideo, Hernán Patiño, hizo gestiones -ante el asesor presidencial de la Comisión de Paz y el ministerio de Defensa-, para que «la designación no se concretara».

El nombramiento de Craigdallie fue interpretado como una «provocación» por el presidente Kirchner, que mantiene tensas relaciones con su homólogo Batlle.

Pocas horas antes, al conocerse el nombramiento del oficial naval, medios diplomáticos habían ubicado la designación en el marco de una prolongada controversia entre los mandatarios, que tuvo un capítulo reciente esta semana con la actitud de Kirchner hacia Batlle durante la cumbre del Mercosur.

Durante esa reunión, Kirchner reservó a Batlle un trato apenas protocolar y mantuvo reuniones con los principales dirigentes del Frente Amplio de oposición uruguayo, que encabeza todas las encuestas para la elección presidencial de octubre de 2004.

Según la prensa argentina, Kirchner está disgustado con Batlle por la falta de definiciones en el caso del secuestro de María Claudia García en Argentina en 1976 y luego trasladada a Uruguay, donde desapareció después de dar a luz a su hija, nieta del conocido poeta Juan Gelman.

Además, han protagonizado un duelo de predicciones electorales: Batlle falló en su pronóstico de un triunfo del ex presidente Carlos Menem, mientras que Kirchner apuesta a la victoria del opositor de izquierda Tabaré Vázquez.