Crisis Económica y crediticia

Crisis Económica y crediticia

LUIS H. VARGAS
El pánico bursátil que arropa el mercado de acciones y crédito refleja en realidad una crisis de liquidez y solvencia, y más aún, una caída de la tasa de rentabilidad de los negocios  y las actividades productivas.

La iliquidez da cuenta de la incapacidad de las instituciones financieras y bancarias de satisfacer la demanda de dinero y crédito de sus clientes, en tanto que la insolvencia se refiere a la combinación de baja relativa de liquidez y alta incapacidad de pagas de obligaciones en las fechas previstas. En los últimos días, la primera se ha expresado mediante la inyección de más de 331 mil millones de dólares de los bancos centrales de Estados Unidos, Unión Europea y Japón a los principales bancos de inversión transnacionales, mientras la segunda se ha reflejado en el cierre o quiebra de institutos hipotecarios, capital privado y fondos de cobertura.

El desplome del negocio de bienes raíces deriva tanto de la multiplicación de moras y defaults de los deudores, ante la subida de las tasas de interés y bajada de los precios de las viviendas, como de la acumulación de pérdidas cuantiosas por parte de empresas constructoras y entidades hipotecarias, a raíz del amontonamiento de casas nuevas y existentes sin posibilidad de venta rentable y el creciente número y monto de impagos de inmuebles. Se estima que a julio del corriente 2007, las pérdidas ascienden a más de 100 mil millones de dólares y que a corto plazo dichas cifras en rojo escalarían a las nubes por la programación de ejecución de hipotecas a más de 2,5 millones de hogares.

En cuanto al descalabro de los préstamos corporativos, basta señalar que la tijera de elevación de los tipos de interés y declinación de los desembolsos crediticios amenaza con cortar las tasas de ganancias y, en consecuencia, recortar el flujo de capital a las bolsas de valores. Se calcula que de los 650 mil millones de dólares invertidos en capital a riesgo en los Estados Unidos y la Unión Europea, cerca del 80,0% se orienta a operaciones apalancadas o de endeudamiento, basadas generalmente en garantías aportadas por los mismos activos de las empresas recompradas.

Tanto el mercado inmobiliario como el mercado accionario dependen de préstamos no regulados que se financian con líneas de crédito ofrecidas por la banca de inversión, por medio de la “securitization” o titulación, concretamente a través de títulos respaldados con activos. Esta fórmula de recreación de moneda crediticia, al margen de la producción real ha hecho disparar el volumen del capital ficticio y especulativo a niveles estratosféricos, al grado de en el día de hoy resulta imposible buscar una solución vía intervención de banca central. A la fecha, los bancos de inversión detentan poco más o menos 200 mil millones de dólares en papeles respaldados por activos que no encuentran inversores dispuestos a comprarlos, pese a registrar grandes descuentos.        

En definitiva, el desmembramiento de los índices bursátiles no hace más que manifestar las correcciones y podas inevitables de esta inflación especulativa de valores de activos en relación a la marcha real de las actividades económicas productivas. Por esta razón, hay que esperar que la crisis económica y financiera se profundice hasta que tenga lugar una destrucción masiva de capitales.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas