Crisis económica y la ley de Lemas en Argentina

Crisis económica y la ley de Lemas en Argentina

Como siempre, es para mí un enorme placer leer los inteligentes comentarios del Dr. Eduardo J. Tejera sobre la queridísima República Dominicana. Como argentino amante de su país, no me sorprende en lo más mínimo que la situación económico política de la RD continúe deteriorándose. Los desbordes ya se vislumbraban o se podían predecir en oportunidad de mi última visita a Santo Domingo hace unos meses atrás. La triste realidad corrobora lo que ambos sospechábamos que iba a ocurrir hacia fines del 2003 y principios del 2004.

Las realidades de las malas prácticas políticas características de nuestros países nos llevan periódicamente a estados de crisis. Lamentablemente, la RD no es una excepción. La historia de mi país es paradigmática en tal sentido. Las recurrentes crisis que afectaron a la Argentina y de las que tanto hemos hablado él y yo en los últimos 30 años, no es sino un reflejo de lo que ocurre cada tanto en los distintos países de América.

A juzgar por los comentarios periodísticos aparecidos en los medios Argentinos acerca de los resultados de la reunión de Monterrey, parecería que Estados Unidos y el FMI no estarían en condiciones de continuar asistiendo a los países en crisis de América con las mismas políticas permisivas de la década de los 90. Parecería que la asistencia financiera internacional se va a ir restringiendo o, como mínimo, va a ser cada vez más «selectiva». Por otro lado, a juzgar por los artículos que he leído, parecería que los centros financieros y políticos internacionales están cada vez más encaminados a llevar a cabo políticas de transparencia y claridad para con los países deudores. No es mi intención implicar que «todas» las causas de nuestras respectivas crisis se deben a falta de transparencia, pero creo que ello ha sido un factor a tomar en cuenta. ( El «default» argentino su análisis y críticas ex post facto le causó un grave daño a los mecanismos de financiamiento internacionales. Muchos organismos e instituciones ven ahora justificadamente con mucho recelo a nuestros países. Como resultante de ello, los acreedores y prestamistas internacionales, de todo origen, se van a cuidar cada vez más de no volver a hacer los mismos errores que cometieron para con mi país).

Es increíble leer en los medios en estos momentos que una de las causas de la crisis argentina se debe a la permisividad con que desde el exterior llegó hasta el año 2001 «ayuda financiera casi irrestricta» a mi país. En otras palabras, ahora parecería que la culpa de toda esta debacle nacional la tienen los organismos internacionales al haberle prestado dinero barato y sin controles a la Argentina. Asimismo, se critica abiertamente a los propios argentinos que tomaron deuda ( «bonos») argentinos sin calcular el riesgo que ello implicaba. Es decir, la avidez por colocar excedentes financieros en deuda soberana con muy poco respaldo es un riesgo calculado y la culpa de todo la tienen quienes tomaron esa deuda sin calcular riesgos.

Yo creo que no solamente los organismos internacionales, los centros financieros y los propios argentinos que tomaron esas deudas tienen «la culpa». Creo que por malas políticas, todo el esquema se desbordó enloquecidamente. Los factores fueron muchos y cada uno de ellos retroalimentaba a otros factores. Creo que la Argentina no ha tomado las duras medidas que debía tomar en su momento. Creo que es una «culpa compartida». Pero, más allá de tratar de identificar a «los culpables» de nuestras crisis, deberíamos enfocarnos en analizar e imaginar cómo salir de estas respectivas crisis.

En mi país, como resultante del «default», uno de los más graves problemas que se enfrenta es la gigantezca masa de desocupados laborales y la inseguridad que ello conlleva. Por fuerte que sea en los últimos meses la «recuperación» de la economía, ( a partir de niveles bajísimos hace apenas 1 año atrás), va a llevar muchos años de ininterrumpida recuperación arribar a los tradicionales niveles de desempleo y «seguridad» ( tanto personal como empresaria). La presión impositiva va a tener que mantenerse en niveles altísimos y ello tal como Eduardo lo sabes mejor que yo no coadyuva a una rápida recuperación. Pero, peor aún, en algún momento la Argentina va a tener que comenzar a pagar su deuda ( achicada, disminuida, renegociada, con plazos mas largos, etc, etc.) Pero habrá que pagar. Sabemos todos que no se dispone de esa masa dineraria. Esta es una incógnita sin respuesta clara. Nuestro futuro, en definitiva, continúa incierto. En dicho clima, las inversiones en la economía real son escasas y sumamente especulativas por el momento, con todos los inconvenientes que tal estado de situación genera. La incertidumbre y la altísima tasa de desempleo se manifiesta en una inconformidad política y un estado de ánimo generalizado poco conducente.

Todo ello me lleva a pensar en mi querida República Dominicana. En otras palabras, siendo testigo presencial y directo de los aconteceres en mi propio país en los últimos años, me siento profundamente preocupado por su país, ya que sospecho que los caminos recorridos por el mío son los caminos que su país puede llegar a recorrer. Es mi sincero deseo y anhelo que en su país los líderes políticos entiendan la gravedad de la situación y mancomunadamente encuentren el camino para elegir un nuevo líder que los ayude a salir rápidamente de esta terrible encrucijada antes de que empeore aún más. Una suerte de «Unión Nacional» es un camino. La «Ley de Lemas» ha sido una nefasta experiencia en mi país. Solamente mediante un encuentro nacional de voluntades firmemente representada en un gobierno apoyado por la gran mayoría de los representados podrá gestionar con muchísimo esfuerzo una salida democrática y equitativa para todos. Ojalá los líderes dominicanos entiendan claramente cómo se deterioró la calidad de vida de mi país a consecuencia de políticas económicas realmente nefastas ( y muy similares a las que tu describes cada tanto en tus escritos) y encuentren rápidamente urgentemente los caminos a seguir para salir airosos de tal marasmo. Muchas veces se hace referencia a «renunciamientos políticos» ….. a grandeza política personal en los procederes de los principales líderes nacionales. Creo que la RD se encuentra precisamente en tal encrucijada. Creo que los dominicanos requieren de un renunciamiento de algunos líderes para encontrar un camino de unión nacional. Creo que es el momento de las grandes definiciones personales. La RD se merece que algunos líderes reconozcan sus errores y tomen el paso al costado que la grandeza nacional requiere. Espero muy sinceramente que la RD no cometa las mismas barbaridades que cometieron mis compatriotas en la Argentina. Que sepan leer las lecciones y tomen las medidas que corresponden.

Con la claridad y precisión que siempre han caracterizado a Eduardo Tejera, le insto a que continúe con sus esfuerzos de ayudar a su país a salir airoso de esta crisis. Sus contribuciones intelectuales han sido siempre muy aleccionadoras. Sus pensamientos han sido siempre muy escuchados por quienes debieron escucharlos. Ojalá no desista del esfuerzo ( por estéril que te parezca a veces) y ojalá sus palabras sean aceptadas por quienes tengan la responsabilidad de guiar los destinos de la RD. Como amigo y hermano, le ruego que no afloje en sus esfuerzos.

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