Crisis económica y nivel de empleo

Crisis económica y nivel de empleo

No cabe duda que 2009 será recordado como el año en el cual vivimos en la crisis. Y esto se debe, en gran parte, a la forma en que la crisis impactó al mercado laboral.

La llegada de la crisis puso  fin a un ciclo positivo de 5 años durante el cual el buen desempeño de las economías latinoamericanas y caribeñas significó también una persistente reducción del desempleo urbano regional. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha pronosticado que América Latina y el Caribe podrían registrar un crecimiento en torno a 4.1% en 2010. Un crecimiento de esta magnitud influenciará el empleo, pero existe el peligro que sus beneficios sean muy limitados. Si bien se pronostica que la tasa de desempleo disminuirá y la región podría recuperar una tendencia positiva, esto no será suficiente para provocar un descenso en el número total de personas desempleadas, ni garantiza tampoco que el mercado laboral podría recuperarse.

En 2009 la tasa de desempleo subió a 8.2% en América Latina. Esto significa que más de dos millones de personas se incorporaron a las filas del desempleo. Las personas que no consiguen un puesto de trabajo ya superan los 18 millones. En el marco de esta crisis muchas otras personas tuvieron que conformarse con un empleo en el sector informal o con trabajos no protegidos por la legislación laboral. Además hay que considerar las pérdidas de ingresos y remuneraciones que acompañan siempre a las crisis económicas. Así, el déficit de trabajo decente de la región ha aumentado a raíz de la crisis, y es un desafío poder remontarlo en el futuro inmediato. Hoy, la crisis parece haber tocado fondo, aunque aun no está claro cuan generosa será la recuperación.

El escenario internacional. La economía mundial está enfrentando la peor desaceleración económica y el desajuste más intenso del comercio internacional desde la llamada Gran Depresión en el siglo pasado. La actual crisis se originó en el segmento de hipotecas de alto riesgo de Estados Unidos y su impacto se diseminó por los sistemas financieros de todo el mundo, trasladándose rápidamente a las variables reales debido en especial a la contracción crediticia y al desmoronamiento de los precios de los activos financieros, con la consecuente destrucción de riqueza, la disminución del comercio mundial y el deterioro de las expectativas y la confianza de los consumidores y  empresas.

De acuerdo con proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) de octubre de 2009, después de una fase de fuerte expansión económica que partió en 2003 y prosiguió hasta mediados de 2007, la economía mundial se contraerá -1.1% en 2009, tras crecer 3% en 2008. Paralelamente, el valor del comercio mundial caerá -11.9% desde un 3% de expansión en 2008. No obstante, para 2010 se proyecta un crecimiento mundial de 3.1% en el Producto Interno Bruto (PIB) y de 2.5% en el volumen de comercio. El comercio mundial se desplomó rápidamente como consecuencia de la fuerte reducción de la demanda, fundamentalmente debido a la reducción en los precios de los bienes. Todas las regiones del mundo sufrieron una caída de sus exportaciones.

Sin embargo, indicadores recientes de la actividad económica y los mercados financieros internacionales muestran indicios de que la economía mundial parece estar saliendo de la recesión, alejando el temor de una crisis similar a la que hubo en 1929. Diversos factores, como los resultados ligeramente positivos que se observan en el crecimiento del PIB desde 2009, en economías como Alemania, Francia y Japón, y en Estados Unidos, así como la recuperación de algunos flujos de comercio y de los precios de las materias primas, reflejarían desde ahora un mayor dinamismo económico. Por el lado de los mercados financieros, las fuertes inyecciones de liquidez y los recortes excepcionales de las tasas de interés han conseguido cierta estabilidad y que disminuya la aversión al riesgo.

Esto facilita también un mayor acceso a los mercados de capital y una normalización de las condiciones crediticias, aunque todavía con lentitud. A pesar de las señales favorables, aun se prevé una lenta recuperación de la economía mundial y persisten los riesgos potenciales que influyen sobre el crecimiento económico. Y el repunte de las condiciones económicas tiene que ver con la reversión del ciclo de ajuste de inventarios y, fundamentalmente, por el impacto de los estímulos monetario y fiscal. Estos deberían luego ser sucedidos por una recuperación del consumo y la inversión privada, que actualmente están afectados por el mayor desempleo y el alto nivel de endeudamiento. El premio Nobel de economía Paul Krugman sostuvo en su artículo sobre “el imperativo de los puestos de trabajo” la necesidad de establecer un programa de empleo de emergencia, que evite medidas de recortes de impuestos y se concentre más en medidas que puedan crear puestos de trabajos, a través de ayudas.

Crecimiento económico y desempleo 

El PIB de Estados Unidos por fin se expande en los últimos trimestres, en un resultado que se explica por la contribución de la reposición de inventarios y el repunte conjunto del consumo, inversión y exportaciones. Las perspectivas a corto plazo continúan siendo de una recuperación gradual, proyectándose un crecimiento de 1.5% en 2010 después de la contracción de -2.7% que se espera en 2009. Pero la tasa de desempleo es hoy la más alta en 26 años, y se estima que puede subir hasta un nivel máximo de 10.1% en 2010. Las economías de la Eurozona (16 países) y la Unión Europea (27 países) con el apoyo de los paquetes de ayuda financiera de los organismos multilaterales y el impulso fiscal de las autoridades monetarias, registraron un leve crecimiento de 0.4% y 0.2%, respectivamente, en 2009. Pero la tasa de desempleo de la Eurozona subió de 7.4% en 2008 a 9.2% en 2009. Y hoy todos los países europeos sufren aumentos del desempleo.

Después de seis años consecutivos de crecimiento, la crisis financiera se trasladó de los países desarrollados a los de América Latina y el Caribe, a finales de 2008. Ningún país pudo escapar de los efectos adversos de la crisis. La reducción regional del PIB fue de 1.8% y la tasa de desempleo de 8.5%. Aun así, y a diferencia del pasado, la crisis encontró a la región en mucho mejor pie en materia macroeconómica. Entre 2003 y 2007 registró un superávit de cuenta corriente, y si bien tuvo un déficit de 0.6% del PIB en 2008, mantuvo el crecimiento económico, el acceso al financiamiento externo y el aumento de las exportaciones. Varios países contaron con sólidas políticas fiscales y tuvieron perfiles más adecuados de deuda pública, mayor flexibilidad en sus tipos de cambio, junto con una importante acumulación de reservas internacionales.

De este modo, la región no solo enfrentó en mejor condición la crisis, sino que también proporcionó un mayor espacio para la aplicación de políticas públicas anticíclicas, que favorecieron la capacidad de resistencia y la adopción de medidas oportunas para apuntalar la actividad económica. Hoy, según el comportamiento de indicadores precisos, la recuperación de las economías podría ser más rápida de lo previsto, aunque, existen peligros y de riesgos.

Muchos mercados dependen aun de los estímulos monetarios y fiscales que se han venido aplicando. Por esta razón, los debates de política económica se han desplazado hacia la forma que adoptará la recuperación, siendo un aspecto crucial la decisión de cómo y en qué secuencia temporal se pondrán en práctica las estrategias de salida de la masiva flexibilización monetaria y fiscal utilizada para amortiguar la caída.

La cifra

8.5 por ciento.   Es la tasa de desempleo  para América Latina y el Caribe en 2010, poniendo fin al ciclo positivo de reducción de desocupación desde 2003. Casi 18.1 millones de trabajadores urbanos quedaron sin empleo en 2009.

Zoom

Panorama laboral

En el “Panorama Laboral 2009” se reconoce que la crisis económica mundial no ha sido tan profunda como se estimó en un principio. Y el aumento del desempleo pudo haber sido aun mayor. Se ha destacado el impacto positivo de políticas aplicadas por diversos gobiernos de la región que en muchos casos contribuyeron a contener los efectos de la crisis sobre el empleo. A diferencia de lo que ocurría antes, cuando se recurría inmediatamente al ajuste, en esta oportunidad se optó por políticas contracíclicas de expansión del gasto fiscal y a programas sociales. La crisis permitió colocar la generación y la calidad del empleo en un objetivo fundamental. Así, la aprobación del Pacto Mundial para el Empleo de la OIT en 2009 permitió contar con una respuesta urgente e integral para abordar los efectos de la recesión y para concretar la recuperación después de la crisis.

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