Crisis educativas en Chile, Francia y República Dominicana

Crisis educativas en Chile, Francia y República Dominicana

José Joaquín Brunner, experto en materia de educación nos explica que  “el sistema de educación superior en Chile tiene tres  instituciones (estatales, privadas subvencionadas por el Estado y privadas sin subsidio estatal).

Todas cobran y el 100 por ciento de los estudiantes tiene que pagar. Con ese sistema, la tasa de cobertura en Chile ha aumentado de una manera muy importante entre 1990 y hoy día, pasando de tener 250 mil alumnos a un millón 100 mil en el 2011.

La tasa de participación que se ha alcanzado está en torno al 50 por ciento. ¿Cómo es posible eso en un sistema que paga?  porque se cuenta para los alumnos provenientes de familias de bajos recursos con un sistema de créditos y de becas, pero particularmente de créditos”.

La forma  del régimen de créditos quedó superada por la masificación de la educación superior y por las necesidades que tienen estas nuevas generaciones que provienen de los dos quintiles (estratos sociales) de hogares con más bajos ingresos.

Lo que tenemos es aparentemente una crisis de financiamiento de la educación superior donde lo que ocurre es que el gran peso lo llevan las familias o los estudiantes que van a entrar al mercado laboral con una deuda muy pesada; en realidad, es un cuestionamiento del sistema privatizador de la educación.

La revuelta juvenil  se enfrenta a uno de los pilares que se pensaban inquebrantable y que de zozobrar pondrá en tela de juicio, todo el modelo económico adoptado.

¿Y en Francia? con su presidente a la cabeza,  emprendió el camino de los recortes presupuestarios, supresión de puestos de trabajo, alargamiento de la carrera profesoral y del día de trabajo en aulas sobrecargadas, discriminación entre zonas escolares y reformas que desprestigian el sistema gratuito y el bachillerato francés para favorecer los estudios privados, pagados por quienes pueden.

¿Y en República Dominicana? El modelo aplicado fracasó hace mucho, masificación sin presupuesto, una universidad asaltada por estrategias de clanes, sin conexión con el exterior, sin adecuación al mercado laboral.

En cuanto a los estudiantes dominicanos.  Entre penurias y sueños, oportunidades de viajes, han desertado los anfiteatros, las asambleas y las conceptualizaciones en torno al neoliberalismo; sencillamente han abandonado todas las verdaderas luchas.

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