Crisis egipcia desata debate sobre la democracia

<P>Crisis egipcia desata debate sobre la democracia</P>

DUBAI, Emiratos Árabes Unidos. AP. En momentos en que la crisis política de Egipto se sumía en su primera noche de sangre derramada la semana pasada, el jefe del ejército en el país tuvo que atender una llamada telefónica. Era una llamada que no podía desatender fácilmente.   

Al otro lado de la línea estaba el rey Abdalá de Arabia Saudí. Llamaba ese viernes para enfatizar personalmente su firme respaldo a los nuevos gobernantes interinos de Egipto. Y le recordó al general Abdel-Fata el-Sisi que el gobierno saudí espera “sabiduría” a medida que se desenvuelven los acontecimientos.   

Lo que había entre líneas era claro: a fin de cuentas, la inestabilidad en Egipto pondrá a prueba los planteamientos surgidos de la Primavera Árabe y los puntos de vista sobre el papel del país como un centro de desarrollo para la democracia en la región.   

Para naciones como Arabia Saudí, que han empleado todos sus recursos para acallar las exhortaciones en pro de reformas, nada podría ser más tranquilizador que el que las credenciales democráticas planteadas por la Primavera Árabe sean puestas en tela de juicio. Ahora podrían señalar cada vez más a Egipto como una advertencia de lo que puede pasar en los países que aspiran a la democracia, aviso encaminado a validar su posición de poder y endurecer aún más la represión de la disidencia.   

En otros países —desde los forcejeos políticos en Túnez a los cambios en el liderazgo de la oposición siria— los debates entre la población están dominados ahora por interrogantes sobre si la apertura política al estilo occidental es adecuada para la complicada gama de fuerzas que las revueltas árabes echaron a andar: islamistas envalentonados, liberales ansiosos y fuerzas armadas y otras instituciones que se perciben a sí mismas como guardianes de la estabilidad.   

“Egipto no va a cambiar la idea fundamental de que la Primavera Arabe versa sobre la democracia y los ideales democráticos”, dijo Abdulkhaleq Abdula, profesor de ciencias políticas en la Universidad de los Emiratos. “Sin embargo, sí modificará la conversación para introducir más preguntas sobre quién está listo para ella”.   

Arabia Saudí prometió el martes otorgar 5.000 millones de dólares en subvenciones y préstamos al nuevo gobierno de Egipto, luego de que los Emiratos Arabes Unidos se comprometieran a otorgar 3.000 millones de dólares al país.   

Tanto los saudíes como los Emiratos son algunos de los críticos principales de la Hermandad Musulmana del derrocado presidente Mohamed Morsi.  

El presidente interino de Egipto ha prometido que el año próximo se llevarán a cabo elecciones parlamentarias y presidenciales.   

Pero cualquier calendario podría verse descarrilado por la agitación popular o amenazas creíbles de que votar podría hacer que las cosas se pongan aún peor. Tan sólo horas después de los enfrentamientos del lunes que dejaron más de 50 muertos, el brazo armado de la Hermandad Musulmana exhortó a lanzar una revuelta armada contra el ejército.   

———    Los corresponsales de The Associated Press Max J. Rosenthal en Jerusalén, Bassem Mroue en Beirut, Ibrahim Barzak en Ciudad Gaza, en la Franja de Gaza, Dale Gavlak in Amán, Jordania, Paul Schemm en El Cairo y Qassim Abdul-Zahra en Bagdad contribuyeron con este despacho.

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