Crisis familias y acoso escolar afectan aprendizaje de niños

Crisis familias y acoso escolar afectan aprendizaje de niños

Sicóloga y docente instan a la familia y a la comunidad educativa a trabajar unida para erradicar la violencia y así fortalecer esos dos sectores esenciales, la sociedad ganaría.

Las dificultades emocionales generadas por la violencia intrafamiliar y el maltrato sufrido por sus propios compañeros en la escuela, bloquean el aprendizaje de niños y adolescentes y dan la impresión de un trastorno, lo que es falso. Esta afirmación de la sicóloga escolar Berenice Polanco Paulino está avalada en la cantidad de casos que maneja.

La situaciones generadas en el hogar impactan más a los menores que al resto de la familia y dejan huellas que pueden afectar para siempre. Lo mismo ocurre con el acoso en los planteles. Las marcas de estos dos tipos de daño permanecen inalterables si no es dada la ayuda adecuada.

La especialista explica que en ambos casos, los estudiantes registran problemas para comprender y por ende, presentan un descenso del índice, sin que padezcan alguna patología congénita que le impida asimilar el contenido didáctico y pueden mostrar conductas inapropiadas.

Polanco Paulino atribuye las dificultades de lectura y escritura, de captación en general y conductuales, al mal manejo en el hogar y en los centros de estudios, que puede incluir exceso de disciplina, muy laxa, o nula.

“Tenemos muchos casos de familias disfuncionales y esto trae dificultades emocionales de comportamiento y de aprendizaje, ya que en muchas ocasiones entorpecen el desarrollo”, expone.

Aporta que el trastorno disocial es el patrón de repetitivo en el que una persona viola los derechos fundamentales de los demás, lo que acarrea consecuencias a veces muy graves.

Indica que condiciones neurológicas sí tienen en todos los centros, ya que trabajan en inclusión, por lo que son muchachos que vienen diagnosticados o referidos por el orientador o sicóloga para su diagnóstico con el sicómetra, persona encargada de impartir esos exámenes.

¿Cómo saber?

Las academias aplican el test Bender a alumnos de entre 7 a 10 años. Sugiere dificultad de aprendizaje y/o conducta. El ABC, verificación de la madurez para y la lectoescritura, aplicada a los 5 y 6 años.

La DFH (dibujo de figura humana) es proyectiva refleja, sobre todo, la madurez intelectual, el nivel evolutivo y las relaciones interpersonales y la de Dibujo de Familia aporta una visión de cómo está el niño integrado en el entorno familiar, la posición que siente ocupa y los lazos de unión o los posibles celos con otros miembros Son evaluaciones que dan pistas de debilidad.

Para determinar condiciones que dificulten la asimilación, envían los resultados al Centro de Atención a la Diversidad, dependencia del Ministerio de Educación. Ya en secundaria aplican otras pruebas vocaciones y de aptitudes. Todo para fortalecer el desarrollo, la superación.

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