Sin haber terminado el trabajo de recolección y discusión de los datos básicos, dejó el país la misión del FMI encargada de la quinta revisión del Stand-By. En un intento de eliminar gastos contables para sustituirlos por atrasos, para demostrar que había terminado con un déficit de caja de RD$47,300 millones como era el objetivo del 2010, el gobierno retrasó la entrega de informaciones.

Sin embargo, tuvo que presentar cuentas fiscales con un desbalance de RD$66 mil millones, un total de gastos de RD$313 mil millones e ingresos por RD$259 mil millones, que cuando se suman RD$16,000 millones de atrasos acumulados con los generadores de electricidad, proveedores de bienes y servicios del Estado, ingenieros de obras públicas y/o bancos comerciales que adelantaron recursos para que el gobierno no paralizara sus obras, el déficit se eleva a RD$82 mil millones.

Un cuadro fiscal inesperado para los técnicos del FMI, que prefirieron marcharse del país a diferencia de lo que hacían hace cinco años, cuando aplicaban su modelo con un garrote en las manos, siendo el mejor ejemplo lo que sucedió en el gobierno de Hipólito Mejía, suspendieron el acuerdo por incumplimientos intrascendentes comparados con los actuales. Este gobierno falló las cuatro revisiones pasadas, recibiendo dispensas por faltas comprobadas, como ahora que se resuelve con un comunicado anunciando la necesidad de un ajuste fiscal de uno por ciento del PIB para cumplir las metas del 2011.

Un cambio de proceder que probablemente tiene que ver con acusaciones recibidas de la comunidad internacional, de fallar al no pronosticar y detener con tiempo la crisis financiera mundial, iniciada a mediados del 2008 y que desde entonces mantiene en recesión la economía mundial.

Es difícil que el gobierno pueda reducir el subsidio eléctrico de US$350 millones de dólares como aspira el FMI, es la mitad de lo ejecutado en el 2010, además el precio del petróleo está en aumento. Lo probable es que en Washington el equipo económico del gobierno acuerde aumentar los ingresos, reduciendo exenciones del Itbis, aumentando  tasas impositivas y diciendo que se trata de una imposición del FMI, para no hacerse responsable como ha sido su costumbre.

Los malos hábitos de desahorros de los gobiernos del PLD han sido imitados por las familias, que también están excedidas en su presupuesto. El déficit de ambos explica la baja tasa de ahorro nacional que tenemos y la razón por la que se acude a endeudamientos externos para cualquier tontería. Es un modelo indeseable que como herencia deja el actual gobierno, porque respecto al PIB y en los años 2007-2010, el déficit promedio de la cuenta corriente de la balanza de pagos ha sido 1.7 veces el del presupuesto.

Sin duda que el deterioro de las finanzas públicas aleja al Presidente Fernández del poder, por lo que no se descarta que el 27 de febrero próximo anuncie al país que no intentará la reelección. Pero si se equivoca, la derrota la tiene segura, porque el pueblo se cansó de improvisaciones, corrupción, del crimen institucionalizado y de la inseguridad, potencializados como nunca en sus gobiernos.