Crisis fiscal y el tranque de Obama

Crisis fiscal y el tranque de Obama

La mayoría de las economías del capitalismo desarrollado enfrentan una fuerte crisis económica desde el año 2008, reagudizada en los últimos meses.

Estados Unidos marcó el proceso con el colapso financiero y del mercado de viviendas. Con los precios de las viviendas en alza durante los primeros años de este siglo, un segmento de la población se endeudó excesivamente para comprar viviendas sobrevaluadas o tomó hipotecas para cubrir otros gastos. La alta deuda privada contribuyó a la catástrofe.

Para contrarrestar los efectos negativos del fin del boom financiero y la vivienda, el gobierno de Estados Unidos se endeudó más en 2008 y 2009. Tuvo que proveer efectivo a las instituciones financieras para contener la hemorragia, y tuvo que impulsar un programa de estímulo para compensar por la recesión y el aumento del desempleo.

A esto se agrega el excesivo gasto militar de dos guerras (Afganistán e Irak) sin haber aumentado los impuestos para subsidiarla, y las crecientes demandas de servicios sociales para atender una población envejeciente.

La situación se complejiza porque los ricos no quieren pagar más impuestos, ni tampoco los de abajo; y los republicanos, para proteger a los ricos, han promovido un sistema impositivo regresivo que agudiza la crisis fiscal del Estado.

Ante esta situación, la alternativa ha sido mayor endeudamiento público, a lo que también se oponen ahora los republicanos, a pesar de haber despilfarrado el excedente fiscal que heredaron de Bill Clinton cuando George W. Bush llegó a la Presidencia.

Sin poder aumentar impuestos, y con límites políticos para mayor endeudamiento público, el Banco de la Reserva Federal estuvo emitiendo inorgánicos hasta junio pasado. Esto contribuyó a devaluar el dólar y a aumentar los precios del petróleo, los alimentos y los metales como el oro.

Pero a la emisión de la Reserva Federal también se oponen los republicanos, y la semana pasada, cuando algunos sectores en Wall Street esperaban que Ben Bernanke anunciara la emisión de más inorgánicos, no lo hizo. Por eso el dólar se revaluó en los últimos días y bajaron los precios del petróleo, el oro y otros productos.

Con el propósito de crear empleos vía la inversión pública, Barack Obama presentó un plan de estímulo a principios de este mes, al que se oponen los republicanos.

Si el Congreso no aprueba el plan, el nivel de desempleo se mantendrá alto, el descontento aumentará, y Obama tendrá que hacer una campaña más feroz contra los republicanos.

A pesar de su gran carisma y el entusiasmo que generó su candidatura en diversos sectores, Obama ganó las elecciones de noviembre de 2008 por el colapso financiero que se produjo en septiembre de ese año, y porque John McCain, candidato republicano, no ofreció evidencias de poder manejarla.

Para el 2012, la misma crisis económica que ayudó a la elección de Obama en el 2008 dificulta su reelección, aunque otro factor clave es quién sea el candidato republicano.

La valoración de la gestión de Obama es indicativa del problema. Según la encuesta Gallup de fines de agosto pasado, el Presidente recibe actualmente la aprobación del 84% de los negros, 48% de los latinos y 33% de los blancos. En enero de 2009, la aprobación era 92% de los negros, 75% de los latinos y 58% de los blancos.

Esto significa que el apoyo a Obama se ha reducido menos entre los negros. Pero en números absolutos, los blancos y los latinos son más. Por eso, para ganar, Obama necesita aumentar el apoyo de estos dos grupos en medio de la persistente crisis económica y la férrea oposición republicana.

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