Crisis petrolera de 1986 recuerda el riesgo de una guerra de precios

Crisis petrolera de 1986 recuerda el riesgo de una guerra de precios

La última vez que las empresas petroleras de los Estados Unidos quedaron envueltas en una guerra de precios orquestada por Arabia Saudita, ésta terminó mal para los estadounidenses.

En 1986 los sauditas abrieron el grifo y provocaron una caída de cuatro meses y 67 por ciento que dejó el precio del petróleo apenas por encima de los US$10 el barril.

La industria estadounidense se desplomó, dando lugar a casi un cuarto de siglo de reducciones de la producción, y los sauditas recuperaron su papel protagónico en el mercado petrolero mundial.

Por eso, si bien nadie espera que los sauditas ahora aumenten la producción como lo hicieron entonces y las compañías de petróleo de esquisto de los Estados Unidos prometen seguir extrayendo de cualquier modo, el recuerdo de esa crisis está muy presente en la mente de los ejecutivos de la industria estadounidense en vísperas de la reunión de la OPEP que se celebrará mañana.

En tanto, los sauditas se reunieron con funcionarios de las otras once naciones de la OPEP en Viena, los analistas estaban divididos en cuanto a la posibilidad de que el grupo reduzca la producción para hacer subir los precios o deje la producción sin cambios para luchar por cuotas de mercado con las compañías de extracción de esquisto.

“En 1986 se produjo la gran caída de los precios y la industria no la vio venir”, dijo Michael Lynch, presidente de Strategic Energy and Economic Research de Wakefield, Massachusetts, que cubre el sector petrolero desde hace 37 años.

“Obligó a muchos a cerrar sus puertas. Uno no se olvida de algo así. Es parte de la memoria cultural”, sostuvo.

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), responsable de alrededor del 40 por ciento de la producción mundial, produjo 31 millones de barriles por día en octubre, superando la meta oficial de 30 millones.

Baja de los precios. “Alguien tiene que ceder”, señaló Sarah Emerson, directora gerente de ESAI Energy Inc., consultora de Wakefield, Massachusetts. “La OPEP pregunta: ‘¿Tenemos que ser nosotros?’”.

Arabia Saudita no fue la primera que cedió en 1986. El reino había sido el único país petrolero del mundo capaz de variar su producción de crudo en función de sus necesidades, aumentándola cuando los precios subían y reduciéndola cuando caían.

Conforme otros miembros de la OPEP aumentaban la producción de crudo, el reino la reducía de más de 9 millones de barriles diarios en 1981 a 3,175 millones en 1985, de acuerdo con los datos que reunió Bloomberg.

Eso dejó al país ante un creciente déficit de presupuesto, según el libro ganador de un Premio Pulitzer de Daniel Yergin “The Prize” (El premio).

“Estamos en una batalla con Arabia Saudita en lo que hace a cuota de mercado versus petróleo de esquisto estadounidense”, explicó Scott Sheffield, presidente y máximo responsable ejecutivo de Pioneer Natural Resources Co., en una llamada en conferencia del 5 de noviembre sobre utilidades.

“Lo que tenemos aquí es un renacimiento que va a ser muy duradero en los EE.UU.”, aseguró Harold Hamm, presidente y CEO de Continental Resources Inc., en una llamada en conferencia del 6 de noviembre sobre utilidades. “Y vemos a la OPEP preocupada por ello”.

La OPEP fue fundada en Bagdad, Irak, el 14 de septiembre de 1960 a raíz de unos acuerdos previos firmados en Egipto.

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