Crisis política de Brasil llega a Portugal

Crisis política de Brasil llega a Portugal

SAO PAULO (AFP).- La crisis política que sacude a Brasil traspasó las fronteras e involucró en las denuncias a grandes instituciones portuguesas, el Banco Espíritu Santo y la telefónica Portugal Telecom, al tiempo que vuelve a aproximarse peligrosamente al gobierno del presidente Luiz Inacio Lula da Silva.

La última bomba lanzada por el diputado Roberto Jefferson, cuyas denuncias detonaron la crisis, implica a Portugal Telecom y al Banco Espíritu Santo en una presunta negociación con el ex jefe de gabinete José Dirceu y el publicista Marcos Valerio para financiar al Partido de los Trabajadores (PT, de Lula) y al Partido Trabalhista Brasileño (PTB).

Valerio es el financista de una millonaria contabilidad ilegal del PT.

Jefferson, que hasta el inicio de la crisis hace dos meses fue presidente del PTB, declaró este jueves que Dirceu le dijo en enero pasado: «recibimos aquí a la dirección de Portugal Telecom, que abre la posibilidad de adelantarnos recursos para minimizar el sufrimiento de las cajas (contabilidades) del PTB y del PT».

Según Jefferson, Dirceu le pidió que representantes del PTB y del PT viajaran a Portugal a negociar esa operación, que calculó en unos 8 millones de euros.

El viaje se llevó a cabo del 24 al 26 de enero. Por el PTB fue el ex tesorero informal Emerson Palmieri. Por el PT no fue un miembro del partido, sino el publicista Valerio.

La operación no se realizó, y Valerio y Palmieri volvieron a Brasil «con las manos vacías», afirmó Jefferson.

El presidente de Portugal Telecom, Miguel Horta e Costa, negó que la empresa hubiese financiado partidos políticos brasileños, en una entrevista publicada este jueves por el Diario Económico. Reconoce, sin embargo, que se reunió con Valerio y que la dirección del grupo tuvo contactos de trabajo con representantes del PT y del PTB.

Portugal Telecom y Valerio aseguran que se limitaron a hablar del interés de la portuguesa en adquirir la operadora brasileña Telemig, cliente del publicista.

Jefferson relató al diario Folha (en una entrevista realizada hace dos semanas pero publicada esta semana) que ese viaje a Portugal fue hecho por orientación de Lula.

También dijo al rotativo que los contactos fueron el Banco Espíritu Santo, accionista de Portugal Telecom, y el entonces ministro de Obras de Portugal, Antonio Mexias.

Valerio llegó a presentarse como consultor de Lula, según dijo Mexias en una entrevista mencionada en una comisión del parlamento brasileño que investiga las denuncias, y que provocó un desmentido inmediato del palacio presidencial.

La idea, según el diario Folha de Sao Paulo, era que una transferencia de aplicaciones del estatal Instituto de Reaseguros de Brasil (IRB) en Inglaterra al banco portugués espírito Santo generara dinero para partidos.

El IRB confirmó en nota que el banco portugués le hizo una propuesta el 22 de abril de este año para recibir una inversión de 100 millones de dólares, que fue rechazada «porque no se encuadraba en los parámetros de la política de inversiones» de la institución.

«Nunca tuve relación de ningún tipo con Portugal Telecom», había asegurado el martes José Dirceu ante el Congreso, cuando Jefferson detonó esas denuncias por primera vez.

Pero en una agenda oficial de su ministerio filtrada a la prensa consta una reunión el 11 de enero en Brasilia con Valerio y Ricardo Espírito Santo, representante del Banco Espírito Santo en Brasil, y una cena el 7 de junio en Lisboa con empresarios, entre estos Miguel Horta y Costa.

En declaraciones al diario Globo de este jueves, tanto Dirceu como el banquero negaron negociaciones. «En el encuentro (de Brasilia) hablamos de proyectos del Grupo. Nunca solicité ningún favor o ayuda al gobierno. No tratamos sobre el gobierno o política y tampoco hacemos negocios con el señor Marcos Valerio», declaró Espírito Santo.

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