CARACAS . — La oposición venezolana advirtió hoy que no reconocerá los resultados de los comicios regionales en los que según la autoridad electoral se impuso el oficialismo, lo cual amenaza con cerrar la posibilidad de diálogo entre el gobierno y sus críticos en una nación sumida en una crisis política y económica.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció la noche del domingo que el oficialismo ganó 17 de las 23 gobernaciones en disputa, mientras que la oposición sólo triunfó en cinco, a pesar de que sondeos independientes preveían que los candidatos opositores se impondrían en la mayoría de los estados. Aún está pendiente el resultado de una gubernatura.
“Fuimos a un proceso donde se violó la constitución y los derechos políticos de los ciudadanos”, dijo el lunes en la emisora Unión Radio la coordinadora electoral de la coalición opositora, Liliana Hernández.
La representante de la coalición señaló que el CNE, controlado por el oficialismo, incurrió en irregularidades como no permitir la inscripción de casi dos millones de jóvenes votantes, no aceptar la sustitución de candidatos que habían renunciado, y por hacer a última hora la reubicación de 274 centros electorales donde la oposición había ganado anteriormente.
Las autoridades electorales han desestimado las críticas y aseguraron que actuaban apegadas a las leyes. Sin embargo, ante los cuestionamientos, el presidente Maduro ordenó una auditoría del 100% de los votos y dijo que pediría a la oficialista Asamblea Constituyente que audite todo el proceso.
Los resultados de los comicios regionales generaron sorpresas entre analistas debido a que las principales encuestas locales daban como favorito a la oposición, sobre todo por el descontento que hay contra la gestión del presidente Nicolás Maduro, cuya popularidad ronda un 20%, y en medio de una galopante inflación de tres dígitos, la severa escasez de alimentos, medicinas y otros bienes básicos.
El presidente de la encuestadora local Datanálisis, Luis Vicente León, consideró que los cuestionados resultados de las elecciones de gobernadores aleja la posibilidad de una salida negociada y electoral que impulsa la comunidad internacional desde hace varios meses tras las protestas antigubernamentales que ocurrieron entre abril y julio, y que dejaron al menos 120 fallecidos.
Abre el camino, dijo a The Associated Press, a una “ruptura automática a cualquiera posibilidad de negociación a futuro” y fortalece a los grupos más radicales que son partidarios de “soluciones extraelectorales”, como la continuación de protestas callejeras.
Sin embargo, el analista ve difícil que la oposición pueda retomar las acciones de calle para ejercer nuevas presiones contra el gobierno, en particular por la frustración que hay entre los venezolanos luego del fracaso de las protestas pasadas.
El gobierno y la oposición iniciaron el mes pasado unas reuniones exploratorias en República Dominicana para tratar de reestablecer una mesa de diálogo que está estancada desde finales del 2016.
Entre los cinco estados que había ganado la oposición, se encuentra el estado petrolero del Zulia, que concentra el mayor número de votantes del país, y el estado fronterizo del Táchira.
Por su parte el oficialismo se alzó con las gobernaciones de los estados centrales de Miranda y Lara, que por casi nueve años fueron bastiones de la oposición, y mantuvo el control de importantes estados como Carabobo y Aragua.
El CNE señaló que hubo una participación de 61,1% que fue considerada por las autoridades electorales como “inesperada” en comparación con anteriores contiendas regionales en las que hubo una mayor abstención.
El dirigente y constituyente oficialista Ricardo Molina pidió el lunes a la oposición reconocer los resultados, y los exhortó a evitar hechos de violencia.
Molina dijo al canal local de noticias Globovisión que los venezolanos ratificaron en la votación del domingo la decisión de “dirimir las diferencias en paz, ejerciendo y consolidando la democracia”.