Crisis y choque petrolero

Crisis y choque petrolero

RAMÓN NÚÑEZ RAMÍREZ
A este gobierno le ha correspondido la enorme responsabilidad de asumir un país afectado por la peor crisis económica de las ultimas décadas y lo ha hecho con acierto aplicando las medidas que ameritaba la gravedad de la situación, pero simultáneamente ha debido batirse con el peor choque petrolero y ha comenzado aplicar las medidas iniciales para amortiguar el impacto sobre la estabilidad y los precios.

Mucho antes del 16 de agosto del 2004 las autoridades electas sabían que además de enfrentar una grave crisis económica, se incubaba en el escenario internacional otro choque petrolero, que a diferencia de los anteriores con una duración especifica y sucedido por rebajas, inauguraba un largo periodo de precios elevados. El gobierno se movió temprano, logró resolver el impasse con el Presidente Chávez, originado en un pésimo manejo de esas relaciones por parte de la pasada administración, y además de reanudar el suministro obtuvieron mediante el Acuerdo de Caracas el financiamiento del 25% de las compras de crudo o de productos terminados.

Las condiciones del Acuerdo de Caracas fueron mejoradas bajo el esquema de Petrocaribe, incrementándose el financiamiento a 40%, dos años de gracia, 23 para amortizar el principal a una tasa de 1% y 90 días para el restante 60%, con la facilidad de pagar parte del principal con bienes y servicios.

Aun cuando el Acuerdo de Caracas y Petrocaribe establecen esas preferencias para un máximo de 50 mil barriles diarios(el 30% del consumo), estamos hablando de un financiamiento anual de US$480 millones en caso de mantenerse los precios en promedio a US$65 el barril, monto que reduce la factura petrolera y si bien no elimina las presiones sobre la Balanza de Pagos, por lo menos reduce su impacto sin crear en el futuro cargas excesivas sobre el servicio de la deuda externa.

Con el viaje del Presidente a Jamaica, para amarrar al más alto nivel el acuerdo, más el anuncio de la obtención de una línea de crédito con la banca extranjera, gracias a las gestiones del Gobernador del BC y el Administrador del BR, dirigido a financiar las importaciones de combustibles en lo que resta de año para evitar incursiones de REFIDOMSA en los mercados cambiarios, las autoridades realizaron una jugada maestra que garantizó el mantenimiento de la estabilidad cambiaria a pesar de los altos precios del petróleo.

Evidentemente que Petrocaribe y la línea de crédito representan paliativos a una realidad internacional que demanda, aparte de las medidas de ahorro y el ejemplo de austeridad de las autoridades, acciones de mediano y largo plazo dirigidas a reducir la dependencia del petróleo desarrollando las alternativas en base a energía renovable, como la eólica, la solar y la biomasa, a organizar el transporte e impulsar medios masivos para reducir el consumo de combustibles, así como transformar el parque de plantas eléctricas para el funcionamiento con carbón o gas natural.

Esas medidas de mediano y largo plazo son fundamentales para impedir que el monto de la factura petrolera incida en un déficit importante de la cuenta corriente de la Balanza de Pagos, lo cual en ausencia de un incremento sostenido de las exportaciones de bienes y servicios o de un incremento en el flujo de la cuenta de capital y financiera, entonces la balanza se ajustaría por el lado de la tasa cambiaria, cuyas consecuencias sociales serían impredecibles en un escenario con altos costos del petróleo, los combustibles y el transporte tan incidentes en el gasto de las familias de medianos a bajos ingresos.

Este gobierno, gracias a la visión del Presidente y el compromiso con la estabilidad del equipo económico, ha sabido sortear una grave crisis estabilizando las principales variables, retornando al crecimiento, a pesar del programa con el FMI y el choque petrolero, mejorar la imagen del país ante los mercados internacionales, pero todos esos logros pueden ser erosionados a menos que se desarrolle una estrategia efectiva para reducir el impacto de los precios del petróleo y simultáneamente se realizan las reformas estructurales para competir en la realidad de un tratado de libre comercio.

Leonel Fernández y su equipo de gobierno cuentan todavía con la confianza y las simpatías para emprender el verdadero nuevo camino, que representa superar de manera definitiva la crisis económica, aminorar el choque petrolero transformando la estructura de consumo energético, ingresar al CAFTA y liderar el proceso de transformaciones mas profundas en las áreas económicas e institucionales para convertirnos en el socio comercial más aprovechado de la región.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas