En cualquier espacio decorativo se puede tener objetos de cristal o vidrio, pero este material también forma parte de la construcción de determinadas áreas y edificaciones.
Las construcciones modernas utilizan mucho los espacios en cristal, ¡y por supuesto, los espejos!, recurso sin los que prácticamente no vivimos.
En la sala, habitación, cocina, salón de estar, de estudios, jardín, terraza, balcón, donde se desee, el vidrio y el cristal son recursos esenciales en la decoración, ya que además de ampliar los espacios, añaden elegancia.
El uso del cristal y el vidrio se remonta a tiempos muy remotos, prácticamente inmemoriales, ya que eran los materiales preferidos por los romanos y los fenicios.
De vidrio y cristal hay una amplia gama de artículos tanto para uso únicamente decorativo como con diversa funcionalidad en el hogar, algunos incluso tienen ambas cosas, que es lo ideal.
En estos materiales podemos tener en la casa desde las tan usadas cabinas en los baños y los lavamanos, como también vajillas, recipientes para guardar y conservar productos, mesas de comedor, de centro, topes de cristal para repisas, credenzas, en fin… un sinnúmero de artículos que al tiempo que cumplen la función de servir también son parte de la decoración.
Estos materiales prácticamente nunca pasan de moda; por el contrario, está cada vez más en tendencia en la actualidad. No hay espacios decorativos de vanguardia que no luzcan un accesorio en cristal o vidrio, y menos una elegante y elevada torre.
Ventajas de su uso. Si nos gusta, lo importante es saber que su utilidad es ilimitada, puesto que su versatilidad es inmensa y tiene la ventaja de que se puede integrar o combinar fácilmente con otros materiales.
¡Póngalo, muéstrelo donde desee! Entre sus características más valiosas están la luminosidad que aporta, el brillo y el ya conocido efecto de amplitud que añade a las estancias.

Diferencias
Generalmente, hay confusión respecto a estos dos materiales y se entiende que son una misma cosa. Se dice que todo gira en torno al orden, ya que en lo que se refiere al cristal depende de sus componentes: átomos y moléculas dispuestos bajo un régimen legal, dando así forma y definición en cuanto a planos y simetría, lo que no ocurre en el caso del vidrio, del que se dice que no está regido por reglas legales, sino que sus diseños y forma son aleatorias.
Según una legislación española, la diferencia entre ambos materiales consiste en su composición, todo vidrio que tenga un 24 % de óxido de plomo, puede llamarse cristal, aunque siga siendo vidrio.