Cristianos anticristianos

Cristianos anticristianos

Actualmente hay millones de personas en todo el mundo identificadas como creyentes en Jesucristo.

Y hoy la Biblia está en lugares inimaginables.

Definitivamente Jesús no tiene problema en que la gente crea en su paso por esta tierra, en su obra y en su ministerio salvífico.

Sin embargo, lo mismo no se puede decir en cuanto a la vivencia y práctica real de los principios que él enseñó.

Es penoso decirlo pero los escarnecedores y cínicos más grandes contra el cristianismo se encuentran entre los llamados seguidores de Cristo y entre las iglesias del evangelio.

Con esta fe está pasando el mismo fenómeno ocurrido con el judaísmo, que los líderes que lo profesaban terminaron siendo los primeros en violarla. Al extremo que el mismo Jesús los llamó hipócritas e hijos de Satanás y los arrojó del templo.

En nuestras sociedades llamadas cristianas no son los ateos quienes se roban los fondos del Estado, engañan a los pobres, adulteran, fornican, mienten, matan, estafan, se confabulan, sobornan y practican todo tipo de vicios y hedonismo.

Esto viene de gente que lee la Biblia, que se comulga, que ora, que reza y que habla de Dios.

La realidad es que hay gentes llamadas religiosas peores que cualquier ateo empedernido.

Horacio Bonar, el gran teólogo escocés del 1808, describió esto de forma bien gráfica.

Él reveló que se vio en la necesidad de tener que arrepentirse de su arrepentimiento.

Aunque el mundo le conocía como un fiel seguidor de Cristo, un hombre de púlpito y de la Palabra, su realidad era otra.

Abrumado por el martilleo de su conciencia, se puso de rodillas y le pidió a Jesús que perdonara su falsedad y que le permitiera ser realmente lo que la gente creía que era.

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