BUENOS AIRES. En un año en el que su despedida del poder es inevitable, la presidenta Cristina Fernández incrementó el uso de la cadena oficial para pronunciar discursos e inaugurar obras, un hábito que el gobierno defiende a capa y espada y la oposición pretende limitar.
El jefe de Gabinete Aníbal Fernández desafió hoy a la oposición a que presente “740 mil denuncias” contra el uso de la cadena nacional que hace la mandataria, a quien la constitución no le permite competir por un tercer mandato consecutivo en las elecciones generales de octubre.
El funcionario se preguntó irónicamente cuál es el nivel adecuado para que Fernández se dirija al pueblo en retransmisiones simultáneas de todas las televisiones y radios nacionales, un recurso que -apuntan los opositores- tiene carácter excepcional y ha sido empleado por la dirigente peronista 19 veces este año.
“¿Dónde está el aparato que mide cuál es el nivel de necesidad que exige la legislación?”, inquirió el jefe de ministros a los periodistas al ingresar a la casa de gobierno. Y advirtió: “vamos a seguir tomando esta decisión para que la presidenta le haga conocer a la sociedad que está trabajando en ellos y se toman decisiones trascendentales”. El gobierno argumenta que si no usara la cadena oficial, los principales medios de prensa -muy críticos con Fernández- no se molestarían en difundir sus acciones.
Fernández ha aprovechado la cadena nacional para transmitir mensajes políticos a sus seguidores y lanzar críticas a la oposición. También ha proferido sus diatribas contra los bonistas que exigen a Argentina un pago millonario por títulos en cese de pagos e incluso ha dado a conocer sus teorías sobre la misteriosa muerte del fiscal Alberto Nisman.
Según el analista Ignacio Fidanza, del portal La Política Online, Fernández se siente como pez en el agua con sus discursos. “Es la mejor oradora del espectro político, en eso se destaca”, dijo a The Associated Press. “La cadena le encaja muy bien: obliga a que la vea todo el mundo que prende la tele y es una demostración de poder a los medios con los que está enfrentada.
Además tiene que ver con la concepción del viejo peronismo de que lo que hace el Estado está bien y tiene que imponerse a otros sectores de poder”, sostuvo el analista. La ley establece que el gobierno nacional y los provinciales “podrán, en situaciones graves, excepcionales o de trascendencia institucional, disponer la integración de la cadena de radiodifusión nacional o provincial, según el caso”. Pero el gobierno sostiene que es “exclusiva competencia” de la presidenta decidir cuándo amerita utilizarla.
“Si esa teoría fuera cierta… el gobierno podría transmitir en cadena un Gran Hermano de Cristina las 24 horas desde (la residencia presidencial de) Olivos”, afirmaron Silvana Giudici y Gerardo Milman, titular de la Fundación Libertad de Expresión + Democracia y director por la oposición en la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, respectivamente.
Ambos opositores presentaron una denuncia contra la presidenta “para que se limite esta práctica abusiva”. Legisladores de la oposición impulsan además un proyecto de ley que pone un límite de 10 minutos para la utilización de esta herramienta en todos los casos.
Fernández hizo 121 transmisiones oficiales desde que asumió el poder en diciembre de 2007, en las que habló más de 4.600 minutos, según la denuncia que presentó el diputado de la opositora Unión Cívica Radical Mario Negri ante la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual.
El legislador señaló que la mandataria ha incrementado la cantidad de cadenas nacionales y también su duración. Mientras en 2008 realizó siete con un promedio de 14 minutos por transmisión, en las 28 que hizo en 2014 habló más de 41 minutos en cada ocasión.
La última vez que Fernández utilizó la cadena nacional fue el jueves cuando inauguró el Centro Cultural Néstor Kirchner, en homenaje a su fallecido esposo y antecesor que gobernó entre 2003 y 2007. Fue la segunda de la semana y la 19 del año.