Hoy 
El uso de drogas, la violencia y la delincuencia, el irrespeto a la propiedad pública y privada, el consumo irresponsable de electricidad, el descarrío juvenil, la desintegración familiar y las agresiones a mujeres llenan la agenda prioritaria de la sociedad dominicana en estos momentos. Y si bien hay mucho que exigirles a las autoridades para que enfrente los males, el ciudadano debe también actuar en el sentido de resolverlos. Y más aún: no podríamos sacar los pies del hoyo si no nos movemos cívicamente para lograrlo. La colectividad tiene que hacerse cargo, hombro con hombro, con responsabilidad, de lo que le correspondería en la ingente tratar de mejorar la vida de los barrios, con menos vicios, más estudios y diversiones sanas. Más solidaridad frente al delito y más cooperación con la Policía y la Justicia para que persigan el crimen.
La comunidad de Cristo Rey trazó pauta en este propósito el pasado sábado. Padres y madres, jóvenes y representantes de feligresías se reunieron y compartieron sus preocupaciones y aspiraciones. La sociedad tiene que acudir al encuentro consigo mismo y levantar las banderas de las mejores causas como ha ocurrido ya con algunas consignas. Las comunidades y deben salir por completo de la indiferencia. Protestar pacíficamente cada vez que proceda y dialogar con los políticos para hacerles saber que no basta con promesas ilusorias ni dádivas. Exijamos hechos.
Loyola siempre sirviendo al país
El Instituto Politécnico Loyola ha sido desde su creación, gracias al Padre Posada, una rica cantera de la que la sociedad recibe a jóvenes bien preparados para procesos industriales y agrícolas. Sus certificados de graduación son sellos de garantía de buen desempeño en los oficios que allí se aprenden. Un jalón más de progreso como institución de enseñanza se ha logrado.
El respetado centro docente de San Cristóbal, Ciudad Benemérita, acaba de graduar la primera promoción de 248 bachilleres que fueron formados en el marco de un programa de transformación curricular. Por una constructiva iniciativa privada, ahora la formación técnica del Loyola responde más oportunamente a las necesidades de las industrias nacionales. Un feliz engranaje que propiciará la formación profesional en función de la realidad, lo que garantiza el ingreso inmediato a la producción de los egresados. Enhorabuena.
