Criterios arbóreos

Criterios arbóreos

Inclinados por la producción de frutos menores, leña y carbón vegetal, acabaremos en la isla de Santo Domingo con todo vestigio de árboles. La tala en la raya que nos separa de Haití es parte de una cultura más que de un proceso. En realidad la mayor densidad poblacional y la incompetencia en el desarrollo agropecuario son elementos constitutivos de la grave pérdida. Otra causa de la tala incesante es el descuido de las autoridades. No hablo de las actuales, sino de siempre, incluyendo las de hoy.

Permítanme traer a colación un recuerdo personal. Veintiún años atrás recorríamos con el entonces síndico del Municipio  Jarabacoa, Blanco Genao, la carretera de Casabito. Citados a una reunión en una población rural en los límites entre esa demarcación y el municipio  Constanza, advertí que se trabajaba en una ladera. Al comentar lo que juzgué un atentado contra la frágil estructura orográfica, Blanco comentó que eran sembradores de guisantes. “Siempre han sembrado ahí, porque es siembra de frío”, añadió.

Y es verdad. Un único inconveniente se levantaba entre los guisantes y aquella ladera. El ángulo de unos sesenta grados respecto del plano de la carretera, invitaba a la erosión de la capa vegetal.  Porque pese a la enorme cantidad de empleos creados en las agencias públicas relacionadas con la agropecuaria, no hay quién enseñe a construir un terraplén. El resultado es la erosión de la capa vegetal y el agostamiento de los suelos. Y, conforme la preocupación de estos tiempos, el calentamiento de la Tierra. Cuestión de criterios. Porque si de algo debían ocuparse esas agencias, es de crear una cultura de trato y conocimiento del ser humano con su medioambiente.

Hemos permitido que la sobreexplotación degenere esos suelos. También hemos permitido que una agricultura nómada altere ecosistemas degradando y modificando las condiciones de zonas de vida. Estas transformaciones repercuten sobre los costos de producción de todo cuanto se siembra, pues los suelos agostados requieren el complemento de abonos. Y por múltiples razones, se recurre con mayor frecuencia a los abonos químicos que a los naturales.

Porque no hemos sido del todo capaces de copiar a la Naturaleza. Cuestión de criterios.

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