Miami.  Agencias.   «Las pequeñas empresas se han ido a pique, incluyendo bancos pequeños y medianos que no tienen acceso al dinero de rescate del Gobierno (TARP), sin embargo, son los motores de la economía local, mientras que las grandes corporaciones financieras sí recibieron enormes sumas de dinero». Esta es la denuncia que realiza Piero Rivolta, presidente del Banco Nacional Flagship, ante el cierre de muchas entidades de tamaño mediano.

Y es que, en lo que va de año, 89 sociedades financieras han cerrado y la cantidad de bancos en problemas se ha disparado a 416. Esto costará al seguro de depósitos unos 401,3 millones de dólares (275.332 millones de euros). Y las entidades pequeñas son las más vulnerables.

El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, entiende las quejas de la banca pequeña, pero justifica su actuación para prevenir el colapso de los grandes, que son los que dan estabilidad financiera.

Monopolios 

Los banqueros denuncian que gracias a esta política están desapareciendo los bancos pequeños, algunos de ellos absorbidos por grandes monopolios.