Criticosas

Criticosas

FRANCISCO ALVAREZ CASTELLANOS
Una de las formas de honrar y hasta de inmortalizar a personas que han hecho grandes cosas por la patria es, por ejemplo, ponerle el nombre de una calle importante, el de una ciudad o provincia, etc.

Pero eso era antes cuando, en primer lugar, ser regidor era un honor para cualquier ciudadano (a pesar de que el cargo era honorífico).

Hoy la cosa ha cambiado radical y lamentablemente.

En Villa Altagracia, por ejemplo, parece que los señores regidores no saben quién fue Emilio Prud’Homme, co-autor del Himno Nacional. ¡Del Canto a la Patria!

Pero primó más la ignorancia de los regidores y por su gusto al merengue y le cambiaron el nombre a la calle citada. Hoy, en lugar de Emilio Prud’Homme, le pusieron el de…¡Sergio Vargas!

Vargas, una excelente persona y gran artista típico, parece haber cambiado su manera de ser. Se metió a la política y Villa Altagracia lo eligió su diputado, con todo y el extraño «moño» que se ha dejado detrás de su cabeza.

Sergio  Vargas, repito, es un gran artista, merenguero él, pero al lado de la figura de don Emilio Prud’Homme es como si fuera el hombre invisible. Otra barrabasada más. Pero, ¿ha hecho Sergio Vargas algo para rechazar el «honor» que se le ha dispensado?

Hombre, parece que cree que lo merece, porque no ha dicho nada al respecto y mucho menos lo ha rechazado como correspondía a alguien que conoce (supuestamente) todo lo relativo al Himno Nacional.

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