Crímenes horrendos cambian estilo
de vida de Puerto Plata

<strong>Crímenes horrendos cambian estilo<br/>de vida de Puerto Plata</strong>

POR ARIDIO PERDOMO
PUERTO PLATA:-
Los últimos asesinatos, que en la mayoría de los casos han sido tipificados como «ajustes de cuentas» llevados a cabo por sicarios del narcotráfico, han provocado un cambio radical en el estilo de vida nocturna a que están acostumbrados los residentes de Puerto Plata.

Producto de estas acciones criminales se ha reducido considerablemente las salidas en horas de la noche de adolescentes, jóvenes, y adultos, con el propósito de divertirse en los centros que brindan espectáculos.

El temor ha hecho presa de los puertoplateños y muchas familias optan por retirarse temprano a sus hogares a fin de alejar la posibilidad de quedar atrapadas en medio de tiroteos de los que frecuentemente escenifican grupos de jóvenes pertenecientes a bandas antisociales,  como «Los ñetas» y «Los bastolocos», entre otras, que se disputan muchas veces con otros los puntos de distribución y venta de drogas.

Tal fue el caso ocurrido horas después de que cayera abatido a tiros  por parte de varios desconocidos el joven Miguel (Malú) Rosario González,  de 19 años de edad, jefe absoluto del grupo Los bastolocos, lo que provocó que seguidores de éste penetraran al barrio Los Guandules en la parte alta de la ciudad realizando disparos y prometiendo vengar su muerte.

En ese barrio residen los hermanos Winston y Milton Castillo y un tal Buda, representantes de Los Ñetas, a quienes la Policía Nacional responsabiliza de este hecho de sangre.

Producto de esa balacera resultó herida una joven que cruzaba accidentalmente por el lugar, la cual debió ser internada de urgencia por sus familiares en un centro médico privado.

Rafael Pérez Casiano, un empleado privado, padre de cinco hijos, de los cuales el menor tiene apenas 16 años de edad, entiende que este pueblo  «ha perdido su tranquilidad producto de los tantos crímenes que por asuntos de las drogas se producen en los barrios».

Pérez Casiano sostuvo que ha instruido a sus hijos «tener mucho cuidado al momento de salir a divertirse en horas de la noche y con cuáles amigos se asocian porque no sabemos quienes son los que están asociados al mundo de las  drogas y que nos pueden hacer caer en un gancho en cualquier momento».

Roberto Rosario Matías, propietario de un centro nocturno en el centro de la ciudad, se quejó porque ha visto descender considerablemente el número de personas que asiduamente disfrutan de las actividades nocturnas de su negocio.

Dijo que lo que está pasando en Puerto Plata en los últimos tiempos «debe mover a preocupación a todo el mundo, especialmente las autoridades del gobierno, la justicia y los militares y policías» ya que no es posible que sigan sucediendo tantas muertes de jóvenes y adultos que están ligados al negocio de las drogas.

Personas consultadas por redactores de HOY afirmaron que en los llamados barrios «calientes», donde se comercializa y se trafica con drogas, entre los que se encuentran Villa Progreso, Playa Oeste, Aguas Negras, Ensanche Dubocq, Cristo Rey, Los Olivas y Los Guandules, se producen a cada momento enfrentamientos a tiros entre bandas que quieren controlar los puntos de drogas.

Su moradores se quejan de la poca presencia de las autoridades de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD).

Asimismo, la muerte a tiros de los jóvenes Jancarlo Álvarez Sosa y Jairo Rosol Valdés Ramírez, de 20 y 21 años, cometida la noche del miércoles 24 de enero por desconocidos que viajaban en una yipeta gris sin placa y con los vidrios tintados, ha provocado pánico colectivo en el sector Villa Progreso, donde estos residían, debido a que grupos de amigos han jurado vengar sus muertes «en el terreno que sea, porque sus asesinos pagarán bien caro este hecho de sangre».

Del hecho la Policía Nacional destacada en Puerto Plata acusa a los hermanos José Elvin y Lovizol de los Santos de la Rosa, así como un tal Elvis Capital, también residentes en Villa Progreso, los cuales están prófugos y supuestamente llevaron a cabo el doble crimen a causa de una disputa por el control de varios puntos de drogas en ese sector.

En este barrio se producen disparos en horas de la noche y de acuerdo a moradores del lugar los mismos son hechos con diferentes armas por los grupos que se disputan el control de las drogas y por amigos de las víctimas que «buscan a quienes la Policía sindica como responsables de esas muertes para ajustarles cuentas de inmediato».

Representantes de las distintas iglesias, líderes barriales, deportivos, comunitarios y políticos han pedido a los puertoplateños «unirse en una cruzada de oración para que Dios ilumine las mentes de quienes manejan los negocios de drogas a fin de que comprendan que la jornada de violencia y muerte que llevan a cabo está destruyendo a las familias y echando por la borda los esfuerzos del gobierno y el sector privado por rescatar el turismo en Puerto Plata».

En horas de la noche la ciudad luce vacía y  fantasmal por la ausencia de personas en sus calles y en los lugares de diversión donde apenas se observa el personal que labora en esos negocios que en muchas ocasiones se siente temerosa de regresar a sus hogares por temor a ser víctimas de los delincuentes.

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