Crónica de un Presidente esperado

Crónica de un Presidente esperado

Diomedes Núñez Polanco

Cuenta Guillermo Piña Contreras que cuando le preguntó a Juan Bosch que si, de niño, sabía que sería presidente de la República, él le respondió:”¡No!. Pero mi padre sí”. El académico y director de la edición de las Obras completas de Bosch ofrece este testimonio e importantes reflexiones, en ocasión de conmemorarse, el 20 de diciembre pasado, los 60 años de la elección presidencial del entonces líder del Partido Revolucionario Dominicano, cuya alta votación de entonces califica de “un verdadero tsunami electoral”. (Diario Libre, 23 de diciembre, 2022).

Desde que empezó a perfilarse como escritor, luego de trasladarse a la Capital para trabajar en casas comerciales y publicar su primer libro, Camino real, a los 24 años, ya se advertía que tendría un futuro promisorio: en 1935 dirige la sección literaria del Listín Diario; nombrado ese mismo año en la Dirección General de Estadísticas, organiza el Censo Nacional de Población del país; en 1937, en esa institución, fue designado jefe del Servicio de Información; para entonces, fue elegido presidente de la sección de periodismo y literatura del Ateneo Dominicano. Al enterarse de que el dictador Rafael Trujillo pretendía nombrarlo diputado, decidió salir del país.

En Cuba, desde 1939, además de dirigir la edición de las Obras Completas de Eugenio María de Hostos y contribuir a la fundación, con otros compatriotas y compañeros, del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), y desarrollar una fecunda vida de escritor, Bosch se vinculó con los más diversos sectores sociales y políticos cubanos. A través de Enrique Cotubanamá Henríquez, se relacionó con su cuñado Carlos Prío Socarrás, senador y alto dirigente del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico), quien llegó a presidir ese país.

Enrique, hermano de Pedro, Max, Camila y Frank Henríquez Ureña, fue el autor de la doctrina del PRD, a partir de la citada organización cubana. A fines de 1943 pasa a dirigir la oficina del senador Prío Socarrás. Ya en 1940 había colaborado, a través del senador Prío, con la redacción de varios artículos de la Constitución de 1940. Durante la presidencia de Ramón Grau Santo Martín (1944-1948) Bosch fue secretario particular de Prío Socarrás, en su cargo de primer ministro del país. Y se le encargó la dirección del periódico Siempre, órgano del PRC (Auténtico), función que condicionó a que su nombre no apareciera en sus páginas.

La relación de Bosch con los espacios de poder que tenía en Cuba era parte de su objetivo principal: la lucha contra la dictadura de Trujillo y otras tiranías en América, como las de Anastasio Somoza en Nicaragua y, en su día, la del cubano Fulgencio Batista. Fue así como la fracasada expedición de Cayo Confites, en 1947, contó con el apoyo del presidente Grau San Martín y de otros sectores de ese país, como del entonces joven estudiante de Derecho Fidel Castro.

Precisamente, para esa expedición, también capitaneada y en gran medida financiada por Juan Rodríguez, visitó y obtuvo la colaboración de varios mandatarios: Rómulo Betancourt (Venezuela), José Figueres (Costa Rica), Juan José Arévalo (Guatemala) y Elie Lescot (Haití).

En su exilio de 23 años viajó por varios continentes, donde se vinculó con sectores que contribuyeron con la causa dominicana y de América.

Así, cuando Prío Socarrás fue elegido presidente de Cuba (1948-52), antes de que tomara posesión, Bosch le organizó una gira por varios países de América, como fórmula de fortalecer la democracia y combatir las dictaduras. Viajaron a México (Miguel Alemán Valdés), Guatemala (Juan José Arévalo), Costa Rica (José Figueres) y Venezuela ( Rómulo Gallegos). (Continuará).

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