Sentada en el centro de la mesa se le notaba  algo inquieta y preocupada a la anciana madre. Era la hora del almuerzo y sus hijos e hijas no lograban ponerse de acuerdo en la discusión que se había suscitado en torno a la amenaza pública de ocupar militarmente el territorio de Kuwait por parte del entonces presidente iraquí Saddam Hussein.

Temerosa de que se enfriara el suculento caldo sazonado con tanto esmero, la jefa del hogar intervino en la disputa con la siguiente pregunta: ¿En qué parte del mundo está ubicado ese país que ustedes denominan Kuwait? Ay mamá, respondió uno de los hijos, eso queda en el Oriente Medio, a miles de millas de Santo Domingo. Con mirada sabia y voz autoritaria la ama de casa comentó: valorando el interés y la pasión puesta por cada uno de ustedes sobre el tema, imaginé que el sitio aludido quedaría en la cercanía de la capital dominicana. Si Hussein se siente tan fuerte como para persistir en la invasión, pues que invada y se atenga a las consecuencias. Si por el contrario, se siente débil, o temeroso de marcharle a la vecina nación, entonces que no invada. Mientras tanto, siéntense todos y disfrutemos de este calientito y rico sancocho. Dicho y hecho, el mandato se cumplió a cabalidad.  Tiempo después, el 2 de agosto de 1990 Hussein invadía y se anexaba a Kuwait. A partir de esa fecha la guerra en el Medio Oriente es tema omnipresente en las distintas fuentes informativas, al que se han agregado otros países musulmanes y jefes de Estado, tales como Libia y Muamar el Gadafi, Egipto y Hosni Mubarak, Siria y Bashar al-Assad, amén de Irán y Mahmud Ahmadineyad. No olvidemos la actual contienda en Afganistán. Para el observador con espíritu novelesco todas estas reseñas lucen como capítulos de una serie en donde la trama se resuelve con la muerte o encarcelamiento del mandatario, verbigracia los casos Hussein, Gadafi y Mubarak.

 En las restantes quedaría pendiente la elaboración del capítulo final a ser escrito por el autor de esas modernas novelas globales enciclopedistas. Otra obra en ejecución pero sin final es la que tiene como escenario el continente asiático, península coreana, me refiero a la República Democrática de Corea y su líder Kim Jong Un. Ya no mora en el universo de los vivos la dulce ancianita para maternalmente ordenarnos abandonar las encendidas discusiones sobre enfrentamientos bélicos tan distantes a cambio de poner los dientes en las carnes y las viandas del criollísimo sancocho prieto. Aún si resucitara, la ahora bisabuela no podría ignorar la voluminosa serie cubana que viene escribiéndose por más de medio siglo. Seguimos atentos y esclavos de la pantalla chica de CNN, las redes sociales y la plana mayor de la prensa escrita con la más reciente producción de la literatura caribeña y suramericana: Venezuela; Chávez, Chavismo y Maduro. ¿Quién redactará el epílogo de tan interesante clásica? No se pierda el próximo capítulo, mientras tanto, le dejamos con estos comerciales.