Amor, Tiempo, Azar, es el nombre de la reciente exposición de dibujos de la artista y poeta Ginny Taulé que acoge, hasta hoy, la galería Mesa Fine Art. Esta es la segunda exposición individual de dibujos que hace Ginny Taulé –la primera se llamó Libre, fue en esta misma galería y fue realizada en el 2006-, quien ha participado en importantes colectivas tanto en el país, como en Puerto Rico.

La artista tiene muy depurado el estilo de dibujo que adoptó como propio, y cuyas características estéticas y visuales la han llevado a ser fácilmente identificada por los seguidores de las artes plásticas, los estudiosos y críticos, y sobre todo los coleccionistas.

De hecho, sus dibujos forman parte de importantes colecciones privadas en varias ciudades del país y en distintos puntos del mundo, entre los que destaca Los Ángeles, Nueva York, Milano, Miami.

Por su doble condición de artista del dibujo y poeta, las exposiciones y las propuestas artísticas de Ginny Taulé ofrecen la oportunidad de descifrar, tanto en imágenes como en palabras, el mensaje que con cada obra quiere compartir.

Poesía, fantasía y realidad en un mundo que le es propio es lo que al decir de Juan José Mesa, director de Mesa Fine Art, logra hacer, sin ningún referente, Ginny Taulé.

Pulcritud, belleza, intensidad, son las tres palabras con la que el curador define el trabajo de la artista, del que dice “la forma ordenada en que pone de manifiesto su lenguaje pictórico, su dominio del trazo, junto a la gama cromática utilizada en sus composiciones, ponen al desnudo sus emociones, y en sus obras queda plasmada una huella indeleble de sus sentimientos”.

Al intentar explicar lo que significa esta exposición de 20 dibujos, en la que definitivamente se crece con altas notas, sobre la primera, la propia artista nos deja un mar de ideas que provocan la reflexión:

“El principio y el fin, la alegría y el dolor, la celebración y el recogimiento, se sucederán siempre, en el amor y en todo, y esa certeza de que todo pasa, nos permite afrontar las penas con serenidad y esperanza, y el triunfo con humildad y agradecimiento”.

Agrega que “sobre esto trata esta exposición, sobre los giros de la vida y la actitud para afrontarlos con los ojos abiertos”.

Gran impacto lograron su interpretación del peso del tiempo sobre el árbol de la vida o la paloma mensajera que recorre grandes distancias para llevar hermosos mensajes de amor –que fuera descubierta a los ojos de su madre por una niña muy pequeña-, que ella intenta a la vez compartir, como un sueño al que se va sin la constancia de que lo no vivido, nunca podrá sustituir a lo anhelado en el indiscutible ahora que se va sin retorno.

Sugerente, cuestionante e impactante es esta exposición de Ginny Taulé, quien en su memorable Árbol de la Vida sostiene: “Del árbol de la vida nacen minutos expectantes que se niegan a morir sin haber vivido”.