Cruda realidad

Cruda realidad

El tráfico internacional de drogas ha sentado bases en el país. El presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas, vicealmirante Iván Peña Castillo, afirma que el país ha sido penetrado por ese flagelo. Eso, probablemente, es un lamentable ascenso desde nuestro anterior rango de puente.

El hecho de que en los últimos diecisiete días hayan sido decomisados unos mil kilogramos de cocaína y cantidades alarmantes de heroína, da una idea de los volúmenes de narcóticos que son introducidos y movilizados por este país.

En los últimos tiempos, algunas redes internacionales de tráfico han cambiado sus estrategias y coordenadas para facilitar trasiego.

Según parece, nuestro territorio ha sido incluido en esos cambios.

-II-

Las autoridades también han referido el hecho de que el narcotráfico internacional está pagando en especie a sus operadores locales. Esta modalidad fomenta un mercado interno que se esfuerza por convertir en dinero la droga dejada en pago, actuando como un peligroso multiplicador del consumo y la distribución.

Pero si preocupante es esa situación, también lo es el hecho de que no parece haber un plan consistente para disuadir el microtráfico que multiplica el vicio y el delito, aún cuando hay que reconocer y valorar en su justa medida los golpes asestados al tráfico en gran escala.

El vicio de las drogas se ha entronizado en muchos lugares y tiene como víctimas predilectas a los jóvenes, a quienes convierte, o en guiñapos humanos de voluntad hipertrofiada o en criminales capaces de cometer los actos más horrendos.

Por ejemplo, los investigadores han establecido que el acusado del asesinato de la profesora Yanet Ernestina López Reyes, hermana del periodista Oscar López Reyes que fuera muerta en agosto pasado, habría sido pagado con dinero y drogas.

-III-

Frente a estas crudas realidades se entiende que hay que redoblar la guardia y multiplicar los recursos de vigilancia y combate, para detectar embarques y desarticular ramificaciones del tráfico.

En virtud de que se ha establecido que Estados Unidos es el destino de la mayor parte de la droga introducida al país, se requiere que esa nación, además de certificar a otros países por su acción o pasividad en cuanto al narco, refuerce la cooperación material y técnica para mejorar los medios de prevención y detección.

Los volúmenes de drogas incautados dan una clara idea de lo que está pasando, pero es preocupante la posibilidad de que otras cantidades considerables hayan llegado hasta sus destinos, dejando en nuestro territorio una paga en especie que está diezmando a una parte importante de nuestra juventud. Hay que enfrentar con firmeza esta cruda realidad, endureciendo y multiplicando los golpes que ha estado asestando la DNCD y que éstos sean apuntalados por una firmeza indoblegable de la Justicia.

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