NUEVA YORK (EFE). El levantamiento de la amenaza que pesaba sobre Yukos, la mayor petrolera de Rusia, ha provocado un relajamiento de los precios del crudo en el mercado de Nueva York, si bien se mantienen cerca del nivel de los 43 dólares.

   En concreto, a las 17.00 GMT el precio del Crudo Intermedio de Texas con vencimiento en septiembre se establecía en el New York Mercantile Exchange (NYMEX) en 42,75 dólares, sólo 15 centavos menos que ayer.

   El precio de este contrato alcanzó ayer el nivel más alto de su historia, tanto durante la sesión (43,05 dólares) como al cierre (42,90 dólares).

   Este relajamiento de los precios también afectaba al crudo de referencia en Europa, el Brent, por el que se pagaba esta mañana (11.30 GMT) 39,10 dólares, 43 centavos menos que ayer.

   En cuanto al resto de combustibles en Nueva York, también caía levemente el contrato de gasóleo para calefacción, casi un centavo hasta los 1,146 dólares por galón (3,78 litros), mientras que la gasolina perdía 1,6 centavos hasta los 1,275 dólares.

   El motivo de este descenso se encuentra en el anuncio que hoy hicieron las autoridades rusas de que el gigante petrolero Yukos, que concentra la quinta parte de las exportaciones del país, podrá seguir bombeando pese a sus problemas fiscales por evasión de impuestos.

   Las autoridades desmintieron que entre las medidas impuestas a la compañía estuviera la prohibición de extraer, refinar, y suministrar petróleo.

   Fue la propia compañía la que ayer hizo saltar las alarmas en los mercados energéticos internacionales al asegurar que se vería obligada a suspender sus actividades por las limitaciones impuestas por las autoridades.

   La petrolera, que tiene sus cuentas embargadas por supuesta evasión fiscal, produce 1,7 millones de barriles diarios y sus operaciones representan el 20 por ciento de la producción total de Rusia, segundo exportador petrolero del mundo después de Arabia Saudí.

   El paro de las actividades del gigante ruso habría afectado a China, segundo consumidor mundial de crudo, que recibe por ferrocarril 55 millones de barriles anuales de Yukos, también suministrador de crudo a Hungría, Polonia y Eslovaquia, entre otros países.

   Por ello, el anuncio de la empresa tuvo ayer un efecto tan pernicioso en los precios de todo el mundo, incluidos los de la propia Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), cuyo crudo subió ayer un 1,8 por ciento para situarse en los 37,95 dólares por barril.

   Hoy mismo el actual secretario general en funciones de la organización petrolera, Maizar Rahman, aseguró que la OPEP está preocupada por su capacidad de estabilizar el mercado petrolero ante la imparable subida de los precios.

   Los precios, según dijo el representante indonesio, están subiendo pese a que el mercado está bien abastecido y pese a los esfuerzos de la organización de responder a la demanda mundial.

   La OPEP ha asegurado estar produciendo casi al máximo de su capacidad, lo que demuestra que está comprometida con la estabilidad del mercado y que está haciendo todo lo posible por «restablecer el orden y la estabilidad en el mercado en interés de los productores y los consumidores», dijo Rahman.

   Precisamente, este hecho también preocupa a los mercados, pues entienden que si los países productores se encuentran al máximo de su capacidad, no podrán atender las posibles demandas extra de crudo que se produzcan en los próximos meses.

   Además, una vez atenuada la crisis de Yukos, los inversores han devuelto su atención a los temas que les preocupan en los últimos meses, entre ellos las posibles interrupciones en el suministro mundial por la crisis que atraviesas algunos países del Oriente Medio.