Cuando el país oraba casi a una voz por la salud del reconocido médico filántropo Félix Antonio Cruz Jiminián, pocos se imaginaron que Dios lo devolvería otra vez a la tierra transformado en un «ángel solidario» para luchar contra la enfermedad que, combinada con otras, casi le quita le quita la vida.

Cruz Jiminián hizo una neumonía masiva, una infección generalizada conocida como shock séptico; una hemorragia alveolar, además de padecer dengue y COVID-19, situación que lo colocaba en la mínima posibilidad de vida desde el punto de vista médico y humano.

Fue justo en este estado que, dijo, escuchó la voz de Dios para que lleve el mensaje de que todo esto solo parará con «el amor y el arrepentimiento entre las personas, no hay otra forma».

Pasado el tiempo desde aquel día 9 de noviembre del año pasado, cuando recibió el alta médica, el médico altruista se mantiene ofreciendo servicios a las personas más carenciadas, como ha sido siempre su vida profesional y social, a través de la unidad para dar asistencia a pacientes con COVID-19 que inauguró en su popular clínica, ubicada en el sector Cristo Rey.

Cientos de pacientes, algunos de los cuales han presentado otras complicaciones que requieren medicamentos de alto costo, han superado el virus en las instalaciones del centro de salud, estructurada a la altura de la circunstancia en cuanto a detección y manejo, así como los medicamentos que administran.

«Desde que estuve delicado de salud mi objetivo siempre fue crear conciencia, ahora con la apertura de este espacio daremos atención a cualquier persona que lo necesite´´ expresó para entonces Cruz Jiminián, quien continúa desarrollando su obra u plasmando su legado de beneficencia en materia de salud.

La entrega de Cruz Jiminián en sus labores médicas, no ha detenido su reconocido compromiso social particular o en conjunto con otras instituciones, en favor de los adultos mayores, mujeres embarazadas, niños y otros.