POR CARLOS NINA GóMEZ
¿Emular a Roberto Durán?
Julio César Chávez, en su intento por emular a Roberto Durán en la conquista de cuatro coronas mundiales para un boxeador hispano en distintas divisiones, vio frustrada tan anhelada aspiración.

En su combate -ya antes había ganado tres fajas mundiales (ligero junior, ligero y welter junior)- con Pernell Whitaker, entonces monarca welter del CMB, Chávez fue favorecido con un «empate» en 12 asaltos.

No hay que ser experto -o analista sapiente- para saber que el mexicano, en su pleito con Whitaker, tuvo un infeliz desempeño…y recibió la amable protección de los jueces.

Claro, recuerden que JC Chávez estaba bajo la égida de El Zar del boxeo, el señor Don King, quien tenía al peleador azteca como una «tacita de cristal».

En cada combate donde el azteca era el protagonista principal, Don King devengaba una alta suma de dólares.

King no podía permitir que su «diamante en bruto» sufriera una humillante derrota, como peso welter, ante el negro pugilista estadounidense que estaba en el camino de ocupar el privilegiado lugar en los ensogados del gran Sugar Ray Leonard -sin duda el más capacitado y carismático boxeador norteamericano de los útimos 20 años- quien ya daba muestra de declive.

JC Chávez siempre tuvo ese sueño: Igualar a Durán en la ganancia de cuatro coronas mundiales en otras tantas categorías»…¡pero la carga fue muy pesada!.

La realidad es que Chávez se vio en serios apuros en su riña con Pernell Whitaker, a quien prácticamente nunca encontró -es decir, sus puños no pudieron alcanzar, con la efectividad deseada, el blanco del escurridizo púgil de Estado Unidos- y quedó demostrado que su cuerpo no estaba apto para contender en las 147 libras.

En efecto, en su enfrentamiento con el titular welter del CMB, el ex-tres veces campeón del mundo, en el pesaje hizo apenas 143 libras, cuatro por debajo del peso oficial que marca la categoría de las 147 libras.

Esto significa que cuando llegó al cuadrilátero quizás su peso pudo haber estado en unas 149 ó 150 libras, a lo máximo.

De ahí que Chávez pasó a ser un «welter inflado» por lo que sus posibilidades de conquistar el cinturón de esa división fueron más que remotas…¡como quedó demostrado!.

De manera que fue un invasor frustrado, pero además, duramente golpeado por los welters naturales.