CARLOS NINA GÓMEZ
¿Y qué de la vida de Marvin Hagler, aquel estelarísimo boxeador estadounidense  quien escribió una historia bien positiva como peso mediano? Así comienzo esta columna para complacer al amigo Randy Miranda, conocido promotor artístico de República Dominicana, quien me solicitó información del citado y carismático púgil a quien por cuya elegancia de su boxeo lo bautizaron como “La Maravilla”.

Miranda, un ferviente aficionado al boxeo, cree que Hagler “nunca debió retirarse” del cuadrilátero porque, afirma, todavía le quedaban muchas fuerzas e incuestionable calidad para continuar en el cruce de guantes…¡y seguir triunfando!.

El seis de abril de 1987, a Marvin Hagler le llegó el “trágico” momento que nunca esperaba.

En la referida fecha, en una ardiente pelea montada en uno de los hoteles de Las Vegas (estado de Nevada, Estados Unidos), Hagler fue al ruidosamente publicitado combate con su paisano Sugar Ray Leonard quien había decidido -tras cinco años de “retirado”- ir en busca del cinturón de los medianos.

Como bien lo explica el estimado colega panameño Chon Romero, uno de los más finos analistas boxísticos de la prensa hispana, Hagler fue en su época un boxeador fuera de grupo…capaz, estilista, eficiente en todos los sentidos del boxeo y prácticamente imbatible en aquella época de oro (década de los 90s) en el pugilismo rentable mundial.

Ambidextro y pegador

Marvin Hagler, quien llegó al boxeo de paga el 18 de mayo de 1973, escribió páginas de oro. Su carrera comenzó a despuntar cuando, el 30 de 11 de 1979, protagonizó una sagrienta riña con el italiano Víctor Autofermo. Subió al ring para disputarle la faja al duro monarca italiano, pero el resultado fue empate y Autoefermo se quedó con el cinturón de las 160 libras.

 Pero ya Hagler había señalado el camino para adueñarse del campeonato mediano. Logró su propósito cuando en tres asaltos devastó a puros golpes al británico Alan Mister.

Tras conquistar la corona de los medianos, Hagler se convirtió en el “metemiedo” en esa división. Con un estilo ambidextro -aunque su accionar era más amplio a la zurda- derrotó a todos  sus oponentes, incluido el espartano Roberto -Mano de Piedra- Durán.

Claro, con Durán no le fue tan bien porque el panameño, que era un ligero natural y que apenas había hecho un combate en la categoría de los medianos, resultó un enemigo peligroso.

Fue una pelea equilibrada hasta el 12avo round. Bueno, si hubiera sido en estos tiempos, en los que los combates por títulos mundiales se pactan a 12 asaltos, (y no a 15 como antes) la historia estuviera escrita de otra manera y es que Durán, en el duodécimo asalto, le comió los caramelos a Hagler.

Pero Hagler, en los últimos dos asaltos, impuso su mejor boxeo. Y terminó con la victoria por dos puntos sobre el panameño que terminó la batalla exhausto, pero de pie, sin dejarse noquear como había ocurrido con los anterores retadores del capacitado gladiador estadounidense.

El retiro más cuestionado

A casi 20 años de la batalla con Leonard, todavía mucha gente no acaba de despejar la incógnita que marca el “raro” retiro de Marvin Hagler.

Hagler, al momento de enfrentar a Leonard, había hcho 13 defensas positivas de su cetro mediano.

Estaba a sólo una victoria para igualar al inmenso púgil argentino Carlos Monzón quien mantenía la marca de 14 defensas seguidas al campeonato mediano.  Hagler, el 15 de abril de 1985, había dado una soberbia demostración de talento y bravura  al propinarle a Thomas Hearns un “brutal” nocaut en el tercer round.

AL MARGEN: Sentí mucho la muerte del doctor y veterano periodista Salvador Pittaluga Nivar quien fue mi maestro cuando estuve en las aulas del Instituto Dominicano de Periodismo (IDP)…Pittaluga Nivar era un hombre honesto, decente, incólume, firme con sus principios, consejero, mediador de conflictos políticos, demócrata a carta cabal y un paradigma del periodismo nacional. Que sus restos descansen perennemente.

E-mail: carlosninagomez@yahoo.com