CARLOS NINA GÓMEZ
carlosninagomez@yahoo.com
(3 de 3)
Por falta de espacio se quedaron, en la columna anterior, aspectos importantes que resaltan la extraordinaria carrera del inmenso Sugar Ray Robinson

 Por esa razón es que con esta tercera entrega -y no con la segunda- debo concluir estos trabajos sobre Robinson a quien nadie debe regatearle el galardón que lo bautiza como el mejor boxeador de la historia libra por libra.

La grandeza de Robinson se extendió por casi tres lustros. En todo ese tiempo dio cátedras del mejor boxeo.

Walker Smith, repito este era su nombre de «pila», falleció el 12 de abril de 1989 en el poblado de Culver City, California. Su muerte fue sentida por todo el mundo deportivo…especialmente, claro, por el universo boxístico.

En la vida atlética de Robinson hay un dato que no debe faltar al concluir estos trabajos…y es el siguiente: Como pugilista olímpico estableció un récord también difícil de igualar. Me refiero a la hazaña de lograr 85 victorias sin sufrir ninguna derrota (85-0). Pero hay más: De esos 85 triunfos, 69 los obtuvo por nocáut. Cuarenta (40) de los 85 nocauts llegaron en el primer round. ¿Cuál boxeador amateur, o profesional, ha logrado tan singulares hazañas?

Un boxeador fuera de serie

Sí, Sugar Ray Robinson realizó un largo trayecto como un eficiente boxeadorr fuera de serie.

Desde el mismo momento que abrazó el boxe profesional, a la inmadura edad de 19 años, comenzó a imponer su autoridad.

Todas las publicaciones, que recogen sus estadístíscas, refieren las históricas peleas que protagonizó con rivales de alta calidad.

Jake Lamotta, con quien protagonizó seis duras peleas, fue -quizás- el más duro enemigo que tuvo Robinson encima del cuadrilátero. Fue en 1940 cuando dio inicio a su labor profesional. Y lean este otro datito:

Ya en 1951, el año en que consiguió su primera corona mundial (la del peso welter), tenía  una increíble marca de 128 victorias con un solo fracaso, dos empates y 84 nocauts.