Félix Díaz Guzmán sigue disfrutando del éxito logrado en los Juegos Olímpicos de Beijing donde logró ganar la medalla de oro al competir en la división de los 64 kilogramos (peso welter junior).

Es correcta la decisión del medallista olímpico criollo -de quedarse en el boxeo aficionado-, pero es una posición que debe mantener sin dejarse «arrastrar» por el dinero que le prometan promotores del negocio-deporte.

Qué siga en el boxeo olímpico y no cometa el error de irse el pugilismo profesional porque si lo hace será un gran fracaso.

 Díaz Guzmán, como welter junior, no lleva vida en el boxeo de paga. Es muy pequeño…tiene una altura de apenas de 5,5 y con el tiempo su volumen de peso irá subiendo.

 El gladiador quisqueyano, para capturar la medalla de oro en los 64 kilogramos, derrotó al tailandés Manus Boonjumnong quien era el campeón de esa división en los Juegos Olímpicos de Atenas, Grecia, en el 2004. Su victoria sobre el ahora ex monarca olímpico fue contundente con una puntuación de 12-4.

Díaz, quien ha sido homenajeado por el Gobierno a través de la Secretaría de Deportes y de otras entidades del país, ya debe regresar -como le aconsejó su  entrenador, el reputado técnico cubano Pedro Luis Díaz- al gimnasio y comenzar una nueva etapa en su vida de boxeador olímpico. Ahora Díaz Guzmán debe cumplir un nuevo ciclo olímpico.