(Segunda parte)
Como lo ha declarado Sugar Ray Leonard, el boxeo profesional de estos tiempos atraviesa por un mal momento, especialmente por la mediocridad de gran parte de sus pugilistas. Claro, hay excepciones.

 “El deporte en este momento atraviesa un pequeño deterioro, esto es a consecuencia de la fama y el dinero, que han provocado un cambio a comparación de mi época”, apuntó Leonard.

Y hay que hacerle caso a lo expuesto por quien, en la década de los 80, impuso un singular estilo…¡y fue lo máximo del boxeo en ese decenio!

Si se siguen aceptando shows de mal gusto como el que tendremos el seis de diciembre, con la farsa que montarán en Las Vegas, Nevada, De la Hoya y Pacquiao, vamos a tener que aceptar que sí, que el boxeo profesional moderno casi desfallece. Leonard ha sido punto de referencia por analistas que enfocan varios aspectos del boxeo de ahora.

Este columnista, en trabajos publicados hace unos dos años, se ha referido justamente a la gran cantidad de peleadores mediocres…incluso, campeones (mundiales) mediocres.  Campeones mundiales de ahora que no les podían llevar los bultos a los boxeadores de las décadas de los 70 y 80 que apenas ocupaban sitiales en las clasificaciones del Ranking Mundial.

¿Cómo se arregla el boxeo?

«Donde Dios no puso, no puede haber».

Esta máxima de pueblo puede ser aplicada en el tema que tratamos. Porque si usted no tiene calidad, pues es difícil que pueda resurgir como estelarista en el boxeo. Además, organizando farsas, como la que tendremos el seis de diciembre en Las Vegas, estado de Nevada, cuando suban al cuadrilátero Oscar de la Hoya y Manny Pacquiao, el boxeo no podrá levantarse de sus pasadas cenizas.