NUEVA YORK. Aquí en Nueva York, por  los predios deportivos de la colonia dominicana -especialmente los afcionados al boxeo-, hay mucha rabia.

 Mucha rabia porque vieron, la noche del pasado sábado, cómo unos jueces (¿?) irresponsables apuntaron en sus cartulinas una decisión 114-113 a favor del veterano boxeador mexicano-estadounidense Raúl Márquez en la pelea que protagonizó con el criollo Giovanni Lorenzo.

El combate, semiestelar del cartel internacional montado en la ciudad de Hollywood, Florida, era clasificatorio, pues el ganador iba directo a disputar el título mediano de la Federación Internacional de Boxeo (FIB).

 En la misma cartelera pelearon el colombo-puertorriqueño Edison Miranda y el alemán Arthu Abraham, titular mediano de a Ia FIB. Abraham, con un fulmimante nocaut en el cuarto round, salió airoso, aunque el pleito no era por la faja de las 160 libras.

 Márquez, con el regalo que le hicieron los tres oficiales, porque en la práctica él no ganó el combate, mejoró su expediente en 42-3, en tanto que Lorenzo al perder su invicto deja su expediente profesional en 26-1.

 Amarga derrota para Lorenzo

  El combate Lorenzo-Márquez, visto vía satélite en un lugar de diversión de Santo Domingo, constituyó una amarga derrota para el peleador quisqueyano.

Tras escuchar al anunciador del ring informar la decisión unánime de los jueces, a favor de Márquez, Lorenzo dejó ver un dejo de tristeza.

¡Y era que no podía creer que Márquez había sido el «ganador».  Ese fracaso lo aleja de retar al monarca mediano de la FIB, el alemán Arthur Abraham quien se mantiene como sólido monarca mediano de la Federación Internacional de Boxeo.

 Al margen. Me sentí  muy entusiasmado en el  acto de puesta en circulación de dos de mis más recientes libros (¡Oh Boxeo Dominicano! -Su Historia- y Deportes, atletas y triunfos, su Repercusión en la Economía Dominicana).

El escenario fue el Ambar-Room Center For The Arts, de la Décima avenida (Alto Manhattan) en esta ciudad. ¡Había mucha gente!.