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En Mayagüez los boxeadores dominicanos no pudieron emular a sus paisanos que, en pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe, hicieron  grandes hazañas. Porque el boxeo, siempre, ha sido un deporte de éxito cada vez que le ha tocado competir en certámenes internacionales. Las pruebas están al canto.

Precisamente el boxeo amateur tiene el singular mérito de ser el primer deporte en capturar una medalla para República Dominicana en competencias olímpicas. El trascendental acontecimiento, hay que recordarlo, se registró en los Juegos Olímpicos de Los Angeles en 1984 cuando Pedro Julio Nolasco, peleando en la división de los 54 kilos (peso gallo), ganó la histórica medalla de bronce. Como lo reseñé en la primera entrega, en Mayagüez el deporte dominicano se cubrió de gloria al terminar una brillante labor.

 Sí, fue un tremendo desempeño del deporte nacional… ¡aunque les quieran  poner «asteriscos» a los lauros quisqueyanos.

 Lamentablemente, dentro del pelotón de atletas dominicanos, ganadores de 31 preseas doradas, no figuran los boxeadores.

Lo que era de esperarse

Les recuerdo estas líneas, que plasmé en el artículo que escribí dos días antes de inaugurarse el campeonato de boxeo de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, Mayagüez-2010.

Esto fue lo que escribí en la ocasión: La selección nacional de boxeo -y expongo esta opinión en base a un criterio objetivo y profesional- no tiene amplias posibilidades de terminar con una actuación positiva». Y argumenté: «Contrario a otros certámenes internacionales, el pugilismo local podría no tener un buen desempeño. Y hasta me atrevo a dar este pronóstico: Nuestro boxeo terminará su actuación con dos medallas de plata, cuatro de bronce y, tal vez, una presea dorada».

 Quería equivocarme en mi vaticinio, pero ocurrió lo que plantee  en el artículo de marras, es decir, nuestros púgiles terminaron con las vaticinadas dos preseas plateadas y las otras bronceadas.