La inesperada muerte del nunca olvidado boxeador dominicano Fausto «Ceja» Rodríguez, ocurrida el 14 de agosto de 1977 en la autopista Las Américas, enlutó a todo el pueblo deportista.

 El carro que quiaba el carismático pugilista quisqueyano chocó de frente con otro automóvil que tenía como conductor al conocido dirigente político y profesional de la contabilidad Jorge Martínez Lanvandier quien resultó herido casi mortalmente. Nunca voy a olvidar, y la anécdota la recordaba jcon el amigo Roberto Alméstica quien desde hace más de 20 años reside en Nueva York, compadre y fiel siempre a Ceja, la tenebrosa tarde del 14 de agosto de 1977.

  Porque aquella tarde lluviosa de agosto estábamos unos jóvenes deportistas en la esquina formada por las calles Juan Bautista Vicini y Alvaro Garabito conversando, como solíamos hacerlo en el barrio San Carlos de donde era oriundo Ceja Rodríguez, sobre diferentes tópicos, especialmente de béisbol y boxeo.

La infausta noticia nos llegó cerca de las cuatro de la tarde: «Muchachos, se mató Cunino, se mató Ceja en un accidente».

 Así llegó la terrible noticia….¡y todos corrimos despavoridos hacia la casa donde vivía nuestro inolvidable campeón nacional welter. Ceja tenía su residencia en calle Montecristi, frente a la Escuela Chile. Al cumplirse 31 años de la trágica muerte de Ceja Rodríguez, todos debemos seguir llorando su sorpresiva muerte.

Ratificar que Ceja Rodríguez,  sigue siendo considerado como el boxeador más carismático que ha partido este país…¡y el mejor peso welter dominicano de todos los tiempos!

En mi reciente viaje a Nueva York, en junio-julio, Nelson Peña encabezaba los trabajos organizativos par el montaje del Desfile Dominicano en la atractiva cosmopolita ciudad de Estados Unidos.  Pero nunca me imaginé que esta versión, la número 26.  La extensa sexta avenida (Las Américas), del Bajo Manhattan, quedó pequeña para albergar a los miles de dominicanos que acudieron al desfile.