(3 de 3)

Por falta de espacio los anteriores dos artículos relativos al tema que da pie al título que encabeza esta columna, me veo en la necesidad de seguir hoy su desarrollo… ¡y llegar a la debida conclusión!

Dos titanes del boxeo de la época -década de los 80-, Roberto Durán y Sugar Ray Leonard, habían satisfecho al exigente público cuando celebraron el primer combate, de la serie de tres, montado el histórico 20 de junio de 1980 en la ciudad de Montreal, Canadá y del que salió airoso el gladiador panameño.

Pero cuando el 25 de noviembre del mismo año Durán defraudó al boxeo y a su gran legión de fanáticos, al decir el «No más» en el octavo round, quedó claramente demostrado que la mafia del boxeo había metido «su larga mano».

Y lo propio ocurrió, como lo precisó en la primera parte de estos trabajos, el siete de diciembre de 1989… !fue otra farsa!.

Pero aclaro: Hay ocasiones en las que un mal acto no debe considerarse la excepción de la regla.

Es decir, el hecho de que Durán y Leonard celebraran dos peleas (¿?) de mentira y una de verdad no significa que el boxeo sea un deporte de mafiosos…¡hay mafia, pero no es la regla! .

Hay que concienciar al fanático

Sin importar la simpatía (o admiración) que periodistas puedan tener por determinados atletas, nunca deben esconder la verdad. Su deber, cuando escriben, es concienciar a sus lectores en base al tema de que se trate.

El periodista siempre debe estar en el deber de cumplir con su rol. Y su rol principal es decir la verdad, ser objetivo…¡caiga quien caiga!.

Por tal razón este periodista, que nunca ha negado su especial admiración por Roberto Durán, el más grande boxeador latino de todos los tiempos, ha escrito que «El Cholo de Panamá», en sus segunda y tercera peleas con Leonard, defraudó al público. ¡Y decepcionó a sus millones de fanáticos!.

Porque fueron dos peleas (¿?) arregladas. No fueron combates de verdad. Fueron dos combates de mentira. El «No más» del 25 de noviembre de 1980 constituyó la gran vergüenza dejada por el boxeo profesional.

Y los protagonistas de fea farsa fueron dos de los más grandes púgiles del boxeo moderno: Roberto Durán y Sugar Ray Leonard.

Durán, como lo expongo en la anterior entrega, unos años después se reivindicó al conquistar otras dos fajas mundiales (las de los pesos mediano junior y mediano) para completar cuatro.

Demostró en aquellas dos reales peleas, ante Davey Moore y Iran Barkley, que era un boxeador inmenso. ¡Como también lo fue Leonard!