CARLOS NINA GOMEZ
El seis  de octubre, en el hotel Mandalay Bay de Las Vegas, estado de Nevada (Estados Unidos), el veterano boxeador mexicano Marco Antonio Barrera tendrá quizás su mayor compromiso en su dilatada carrera profesional.

Será, en mi opinión, su pelea más peligrosa.

 Y es que el seis de octubre se va a enfrentar al fipilino Manny Pacquiao quien ya lo derrotó -por nocaut en el undécimo round- en el 2004.

Ayer, en una conferencia de prensa realizada en Las Vegas y en la que participaron los promotores Bob Arum (Top Rank) y Oscar de la Hoya (de la Golden Boy Promotions), se ofrecieron concretos detalles del importante combate en el que no estará en disputa ningún título mundial.

Sí estará en juego la especial corona internacional, del peso ligero júnior, que ostenta Pacquiao.

Lo más importante de esta pelea,  que es es especie de un «asunto personal» entre estos dos estelares gladiadores, es el dinero.

El dinero y la venganza. Porque Barrera quiere desquitarse aquella amarga derrota que le asestó el estelar pugilista oriental.

Igualmente Barrera pretedende vengar otros fracasos sufridos, ante el propio Pacquiao, por varios de sus paisanos, entre ellos Erirk Morales.

Efectivamente, Pacquiao se ha convertido en el verdugo de los peleadores mexicanos,  con excepción de Juan Manuel Márquez a quien, pese a que lo envió tres veces al piso en el primer asalto, no pudo vencer. Márquez y Pacquiao terminaron empate aquella dura riña.

Después de Pacquiao, el retiro

 Gane o pierda -y yo creo que pierde- ante Pacquiao, Barrera colgará los guante sla misma noche del seis de octubre.

Ha sido, sin ninguna duda, uno de los más grandes boxeadores de México. ¡Y de América Lartina!

Tras caer ante su compatriota Juan Manuel Márquez, de quien perdió el cinturón ligero júnior del Consejo Mundiald e Boxeo (CMB), Barrera estaba prácticamente para irse al retiro.

El propio bravo peleador azteca así lo hizo saber al considerar que le había robado la pelea y que por eso «ya no volvería a los ensogados» Barrera, quien presenta un envidiable expediente profesional de 63-5, ( KO’s), ha visto pasar sus mejores momentos.

Esto quedó demostrado en sus últimos últimos tres combates. Los primeros dos protagonizados con Ricardo -Rocky- Juárez, a quien venció en ambas ocasiones, y el tercero frente a Márquez.

Barrera ya luce con menos velocidad, lento de manos y piernas. Si velocidad no podrá neutralizar la rapidez, el boxeo ortodoxo, de guardia zurda, y la anestesiante pegada de Pacquiao.

Si Barrera sale airoso el seis de octubre, sería la sorpresa más agradable que tendríamos quienes siempre hemos simpatizado con él.

Aunque se produzca esa sorpresa, que todos celebraríamos, Barrera colgará los guantes y será recordado como uno de los grandes del boxeo mundial.