Manny Pacquiao y Floyd Mayweather (Jr) son una necesidad para el boxeo profesional de estos tiempos.

Es decir, una pelea entre ellos debe montarse por obligación… ¡o por necesidad!.

Se sabe que Pacquiao y su promotor Bob Arum no aceptaron las condiciones de Mayweather para que el combate se concretara.

Por lo menos la pelea había sido programada para octubre de 2009, pero el estelar pugilista filipino no aceptó hacerse los exámenes de sangre -que le solicitó Mayweather- y optó mejor, y le fue muy bien, enfrentar al vulnerable Joshua Clottey.

Su combate con el peleador africano fue aburrido, aunque Pacquiao lo ganó por amplia decisión unánime, como se esperaba. De su lado, Mayweather, quien se mantiene invicto con 41-0, dos meses después dispuso también de manera fácil de Shane Mosley.

Y cito unas líneas publicadas a propósito de lo que expongo respecto a la necesaria reyerta de puños que deben protagonizar estos dos estelares del pugilismo moderno:

«El combate entre dos de los púgiles de más relieve de la actualidad se debatió de forma extensa a inicios de año, pero las negociaciones se derrumbaron cuando no se logró un acuerdo sobre los análisis antidopaje».

Tras esa realidad, y lo ratifico, los súper boxeadores optaron por otros rivales.       

           Por más vueltas que se le dé, esa pelea -la que deben realizar Pacquiao y Mayweather. va.

 Quizás a finales de este año, como ya lo han señalado los promotores y apoderados de los dos gladiadores.

Pronostico que cuando se monte la pelea Pacquiao-Mayweather habrá envueltos, en bruto, unos 200 millones de dólares.

Lo que entiendo es que Pacquiao y Mayweather se repartirán quizás unos 100 millones de dólares.

 ¡Cincuenta millones para cada uno!.

Será la pelea más millonaria -y atractiva- en la historia del boxeo mundial.

¡Que venga esa pelea!.