CARLOS NINA GÓMEZ
carlosninagomez@yahoo.com
Cada vez que veo una pelea en la que intervienen púgiles de los pesos completos  más me convenzo de que esta categoría vive su peor momento.  La mediocridad está latente en la llamada división «madre» en el boxeo de paga.

 El pasado sábado, en Cancún (México), fue montada una nueva pelea de los pesos completos.

 Esta vez fueron al cuadrilátero Samuel Peter, de Nigeria, y el ruso Oleg Maskaev. El sábado antepasado, otros dos mediocres pesados: Sultan Igragimov y Vladimir Klitschkok, habían protagonizado quizás uno de los combates más malos en la historia del boxeo.

  Peter, con un aparatoso nocáut en el sexto round, derrotó a Maskaev. Se consolidó como monarca completo del Consejo Mundial de Boxeo.

 En el pleito anterior entre Ibragimov y Klitschkok, este último se alzó con la victoria. Ganó el menos malo.  Lo que quiero significar es que en pleno siglo XXI estamos viviendo momentos de vergüenza en la división de los pesos completos…¡es todo mediocridad!

 ¡Cuanta falta hacen los grandes ídolos de aquellos buenos tiempos!