Cuadrilátero
Que nadie lo dude nunca más: ¡Roberto Durán es el mejor latino!

<STRONG>Cuadrilátero<BR></STRONG>Que nadie lo dude nunca más: ¡Roberto Durán es el mejor latino!

POR CARLOS NINA GÓMEZ
¿Todavía usted tiene duda de que, efectivamente, Roberto Durán ha sido el mejor boxeador latino de todos los tiempos?

Comienzo esta columna con la citada interrogante para satisfacer, una vez más, a fanáticos-lectores deportivos, seguidores del boxeo que a veces se confunden respecto al tema tras escuchar o leer opiniones erradas, marcadas por el romanticismo enfermizo y obviamente parcial por no obedecer a la objetividad periodística-profesional.

Darles satisfacción a los fanáticos porque les reitero: Ningún otro boxeador (hispano) ha sido más sobresaliente, de más calidad, que Roberto Durán.

La estelaridad de este legendario atleta panameño se pone de nuevo de moda tras recientemente ser exaltado al Salón de la Fama del Boxeo de la ciudad de Los Angeles.

 Ya antes había sido exaltado por el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y la Comisión Atlética de Nueva York.

 Es decir, que lo que acaban de hacer las autoridades boxísticas de Los Angeles no es más que una reconfirmación de lo que ya ha hecho el mundo deportivo con esta leyenda de las cuerdas internacionales.

Durán, único púgil hispano ganador de cuatro coronas mundiales en otras tantas divisiones (ligero, welter, mediano junior y mediano), ha sido elogiado, con clara justicia, por toda la prensa de Estados Unidos.

Ningún otro peleador latino ha sido, además, tan carismático como Durán en los cuadriláteros de la poderosa nación norteamericana y todo el orbe.

Pero tampoco ningún otro boxeador ha trabajado, como lo hizo Mano de Piedra Durán, durante cinco décadas (las de los 60, 70, 80, 90 y 2000).

 Colgó los guantes después de cumplir 51 años y terminar con un expediente de 105-16, 70 nocauts y, asimismo, el único pugilista que laboró desde las 126 libras, cuando inició su carrera, hasta las 168 horas. Hay que anotar que sus últimos fracasos llegaron ya cuando estaba en declive.

 Fueron peleas que nunca debió celebrar, como nos lo expuso el reconocido técnico Ray Torres, de la cadena HBO, en un diálogo que sostuvimos en Las Vegas, Nevada, en la víspera del cartel en el que nuestro Joan Guzmán se coronó campeón mundial del peso ligero junior.

 Por cierto, Ray Torres, de manera muy tajante, dijo que «no hay que hacer enojosas comparaciones porque Roberto Durán, sin ninguna duda, ha sido el mejor boxeador latino de todos los tiepos. Ahí está su historia».

 Durán también ganó una quinta faja mundial (la del peso súper mediano), pero que no fue reconocida porque la avaló un organismo sin ningún prestigio o reconocimiento.

Su paisano Carlos Mendoza, el 23 de febrero de 1968, cuando El Cholo de Panamá subió al ring para dar inicio a su carrera profesional, fue la primera víctima de quien -cuatro años después, el 26 de julio de 1972 , a los 22 años de edad- se estrenó como monarca mundial (la corona del peso ligero) al noquear en el 13avo round al escocés Ken Buchanan.

Ningungo como él

En este artículo no voy a exponer los argumentos que ya he escrito, en incontables análisis y reportajes, y que demuestran que no hay ningún boxeador latino mejor que Roberto Durán en la historia del boxeo profesional.

En Las Vegas, Nevada, entrevisté al presidente del CMB, José Sulaimán, y le pregunté sobre la capacidad de los boxeadores hispanos.

 Claro, por diplomacia, el veterano directivo boxístico de México no quiso decir, en forma categórica, quién para él ha sido el más grande pugilista latino de todos los tiempos.

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