Hoy 
Quedé absorto la mañana del pasado lunes cuando en el despacho del secretario de Deportes, Felipe Payano, la cúpula del Comité Olímpico Dominicano (COD) solicitó -por escrito- la asombrosa suma de 468 millones de pesos. ¡Cuatroscientos sesentiocho millones de pesos para garantizar la «supervivencia» de las 35 federaciones deportivas del país.
Ese dinero, solicitado formalmente al titular de Deportes, debe llegar anualmente a las finanzas del COD, organismo que preside el amigo Luisín Mejía Oviedo.
Como se observa, el deporte olímpico nacional está por todo lo alto. El deporte aficionado dominicano está rico…¡y sus directivos exigen al Estado los recursos (necesarios) para que el deporte y sus atletas avancen hacia un mejor desarrollo.
Estoy de acuerdo con el interés que tienen los jerarcas del olimpismo nacional. Es decir, de reclamarle al Estado mayores recursos para el deporte.
Pero, ¿y qué del olvidado boxeo?
No me voy a cansar de escribir, y decirlo a través de la televisión, que el boxeo dominicano sigue siendo «La Cenicienta» del deporte nacional.
No vale que nuestros pugilistas sean los que con más eficiencia representen al país en competencias internacionales.
No importa que el boxeo le haya entregado a la patria una pura medalla de oro en Juegos Olímpicos.
No se valora que el boxeo, en los Juegos Panamericanos realizados en Mar del Plata (Argentina) en 1999, haya ganado de la única medalla de oro aportada por Joan Guzmán.
Pero tampoco importa que el boxeo haya sido el primer deporte ganador de la primera medalla olímpica conquistada por el fenecido Pedro Julio Nolasco en las Olimpíadas montadas en Los Ángeles en 1984. Y mucho menos importa que el boxeo, en el renglón profesional, haya ganado 14 coronas mundiales aportadas por 13 de nuestros púgiles.
Mientras la historia deportiva nacional registra estas realidades, el boxeo dominicano sigue huérfano de gimnasios…¡en el país no hay gimnasios para la práctica del boxeo!.
Pero sí hay millones de pesos para financiar a las otras disciplinas.
